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Decenas de personas que clamaban justicia, vestidos de blancos, acompañaron a ayer las exequias de Yuliana Andrea Samboní, la niña de 7 años que fue hallada muerta el pasado domingo en la noche, en un apartamento en el Norte de Bogotá, con signos de asfixia, maltrato y violación.
El cuerpo de la pequeña llegó iniciando la tarde al aeropuerto Guillermo León Valencia, de Popayán, donde policías y ciudadanos, muchos portando una flor blanca en la mano, le hicieron una calle de honor en la pista.
Luego, su cuerpo inerte fue trasladado por tierra hasta la vereda El Tambo, del corregimiento Los Milagros, en jurisdicción de Bolívar (Cauca), municipio de origen de la víctima y de su familia. Una funeraria de esa ciudad se encargó de este servicio como acto de solidaridad. La Gobernación del Cauca también contribuyó.
Los pobladores de Los Milagros recibieron la comitiva fúnebre con un homenaje, donde los participantes portaban camisetas blancas y globos del mismo color, los cuales fueron elevados al cielo como señal de que un ángel partió para “estar al lado del Dios creador”, como los expresaron los amigos y conocidos de la víctima.
Al final de una misa en la iglesia del casco urbano de Bolívar, el paso hacia Los Milagros continúo en medio del acompañamiento de campesinos, estudiantes, indígenas y algunos representantes de las autoridades.
Al final de la tarde el cuerpo fue sepultado. La familia recibe acompañamiento psicológico , social y económico.
Mientras tanto, Rafael Uribe Noguera, presunto responsable de este crimen, que tiene conmocionado al país, permanece recluido en La Picota, mientras avanza el proceso en su contra.