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“Hay un claro compromiso con la refrendación ciudadana”

El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, dice no entender el actual debate sobre este tema e invita a la oposición a un diálogo abierto y constructivo por la paz.

  • El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, dijo que dentro de la prioridad de la agenda legislativa de este primer semestre están la segunda vuelta de la reforma al equilibro de poderes y la del fuero penal. FOTOs julio césar herrera
    El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, dijo que dentro de la prioridad de la agenda legislativa de este primer semestre están la segunda vuelta de la reforma al equilibro de poderes y la del fuero penal. FOTOs julio césar herrera
  • “Hay un claro compromiso con la refrendación ciudadana”
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27 de enero de 2015
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Juan Fernando Cristo, ministro del Interior, no tiene ninguna duda cuando dice que este año se firmará la paz con la guerrilla de las Farc. Su rápida respuesta la matiza, pues sabe que esas son palabras que no dependen ni del Gobierno ni de las Farc sino del ritmo de las conversaciones en La Habana. Y por eso, cuando se plantea la posibilidad de que los acuerdos sean refrendados en octubre, tampoco vacila al advertir que si los tiempos no dan, el Gobierno puede convocar un proceso electoral exclusivo para la paz.

Sobre la refrendación del acuerdo, ¿al fin, cuál será el mecanismo?

“No he logrado entender el debate de los últimos días. El Gobierno tiene un claro compromiso con la refrendación ciudadana. Punto. Los colombianos van a votar por los acuerdos que se firmen en La Habana. ¿Cuál será el mecanismo y cuándo se refrendará? Habrá que esperar la recta final de las negociaciones en La Habana. Tan sencillo como eso. Ahora, opiniones hay y son respetables como la del fiscal general o la del excomisionado de Paz (Luis Carlos Restrepo), que por cierto es muy constructiva y el Gobierno la recibe como una buena señal. Ojalá nos permita construir un diálogo más abierto y franco con la oposición del Centro Democrático. Sobre la refrendación, desde el primer día, cuando se anunció la apertura formal de las conversaciones, el Presidente dijo que los colombianos van a decidir sobre esto y así será”.

¿Pero el Presidente se la juega por el referendo?

“No. El Gobierno tramitó una ley de referendo para tener distintas opciones a la mano y que no tuviera impedimentos legales, pero no necesariamente es un referendo. Hay otros mecanismos consagrados en la Constitución y sobre los cuales hay que conversar en la mesa con las Farc”.

¿Como cuáles?

“La consulta popular, el plebiscito, el referendo... esos son los que están contemplados por la Constitución. Las Farc insisten en una asamblea nacional constituyente, que el Gobierno no considera conveniente, pero esperemos el resultado de la mesa”.

¿Y qué piensa de ese congresito transitorio mencionado por el expresidente Uribe?

“Ese mensaje del senador Álvaro Uribe es positivo y constructivo, porque indica que está pensando en mecanismos que puedan ayudar. El congresito sería más un mecanismo de implementación que de refrendación. Hay que evaluar todas esas alternativas, pero hasta el momento será la mesa de negociaciones la que nos indique cuál es el camino”.

Ministro, la ley que se aprobó permite que sea en fecha coincidente con elecciones locales, como las de octubre. Eso lo puede politizar y generar presiones indebidas ... ¿O es una estrategia del Gobierno para asegurar gente en las urnas...?

(Risas) “La ley permite, no obliga, a que sea con las elecciones locales. Es una posibilidad...”.

Pero usted lo consideraría conveniente...

“A mí me parece conveniente, sobre todo desde la perspectiva de que el Gobierno considera que la paz se debe construir desde los territorios. Qué mejor que esa refrendación de los acuerdos se haga en la elección de esos alcaldes que tendrán que construir la paz desde los territorios. Y que se politice... es que un proceso de paz que no esté politizado en cualquier lugar del mundo, quiero verlo. No hay nada más político, en el mejor sentido de la palabra, que la búsqueda del fin del conflicto. Ahora, no sabemos, los tiempos están bastante apretados, si no se alcanza a hacer un acuerdo de paz, que permita que el cronograma llegue a que los colombianos se pronuncien en octubre, pues se hará posteriormente sin que coincida con alguna elección. Están abiertas las dos alternativas y el Gobierno en eso tampoco tiene afán, es mejor ir sin prisa, pero sin pausa”.

Pero parece que sí tienen prisa para que coincida con las elecciones de octubre, porque si no habría que esperar otros cuatro años...

“Nooooo, otros cuatro años no... En el 2015 se firma la paz, póngale la firma (risas)”.

No íbamos pues sin prisa...

“No prisa, pero tampoco más pausa. Creo que los colombianos sí están esperando que este año sea el de la firma del acuerdo. Todos lo esperamos como ciudadanos”.

Es que hay dos riesgos en la refrendación: que no se alcance el umbral o alcanzando el umbral gane el no. ¿Cuál es el escenario que maneja el Gobierno frente a esos riesgos?

“Cuando usted como presidente dice que va a someter a votación un acuerdo de paz, y hay que advertir que no se ha hecho con ningún proceso de paz en Colombia, pues siempre están implícitos esos riesgos. Pero ahí está el desafío del Gobierno, de persuadir a los colombianos para que se le ponga fin a este conflicto. Personalmente, no tengo ninguna duda de que este país debe superar este conflicto, independiente de las discusiones, de los debates, de todo lo que se ha dado, que curiosamente son debates que se plantean sobre hipótesis, mentiras, inventos, y no sobre los tres puntos que se han acordado en La Habana y que están abiertos a la discusión pública. El Gobierno ha querido invitar a los sectores que se oponen al proceso a un debate sobre lo que se ha acordado, no sobre lo que ellos piensan que se ha acordado o lo que piensan de lo que se va a acordar. Al margen de esa discusión, estoy seguro de que muchos colombianos que hoy son escépticos frente al proceso, una vez firmado un acuerdo de paz con las Farc, saldrán masivamente a votar a favor. Creo que es muy superior el deseo y la voluntad de los colombianos de acabar con este conflicto absurdo, desueto, que el mundo no entiende. Y creo que cuando la gente vea la posibilidad de acabarlo, con un acuerdo serio y responsable como lo están encarando los negociadores en La Habana, no me preocuparía por el umbral o por una votación en contra”.

Pero de alguna manera se blindaron con el voto obligatorio para eliminarlo de la reforma política ...

“Es que el voto obligatorio no fue una propuesta del Gobierno. Fue una iniciativa de un grupo de parlamentarios que después el mismo Humberto De la Calle se encargó de hundirla de forma casi inmediata y estrepitosa”.

Porque era un riesgo que muchos colombianos salieran a votar...

“Porque era una idea que no parecía conveniente para el momento. Es una discusión que no podía mezclarse con el proceso de paz. Lo del voto obligatorio surge siempre cuando aparece la idea de una reforma política desde la constituyente”.

Seguridad jurídica

Los desmovilizados de las Auc tienen preocupación de qué va a pasar con ellos y sus condenas de 8 años, si parece que les cambiaron las reglas de juego...

“No conozco esas preocupaciones, pero lo que hizo este Gobierno fue ajustar las condiciones para que pudieran ser beneficiarios de la justicia transicional. Lo que se iba a presentar era una salida masiva de miembros de las Auc después de pagar ocho años de cárcel sin cumplir sus compromisos de verdad, entrega de bienes y reparación. La ley obligó a eso. La Fiscalía y la jurisdicción de Justicia y Paz están evaluando caso por caso. Salieron aquellos que cumplieron sus compromisos, hay unos que han sido excluidos de Justicia y Paz porque no los han cumplido y se pasaron a justicia ordinaria y hay unos sobre los cuales la Fiscalía, a medida que vayan cumpliendo los 8 años de reclusión irá tomando las decisiones. Nos reunimos con la mesa nacional de garantías porque los desmovilizados tienen unas preocupaciones en materia de seguridad, en aquellas regiones donde se mantienen esas estructuras criminales”.

¿Pasará lo mismo con los desmovilizados de la Farc?

“No, ellos tienen el Marco Jurídico para la Paz”.

¿Pero aún no hay claridad de cómo se adelantaría el proceso con ellos?

“Se aplicará el Marco Jurídico de la Paz y cuando se firmen los acuerdos se tendrá que tramitar la ley estatutaria en el Congreso y ahí se definirán las reglas para los miembros de las Farc que renuncien a la violencia, al secuestro. De cómo se aplicarán los mecanismos de justicia transicional dependerá también de qué tanta verdad y reparación están dispuestos a entregar y mirar cómo se evalúan las penas, la justicia y la reclusión. Eso es parte fundamental de las conversaciones en La Habana”.

Cuando fue senador impulsó la Ley de Víctimas, ¿estaría de acuerdo con que guerrilleros responsables de crímenes de lesa humanidad participen en política?

“Yo velé por los derechos de las víctimas y no hay proceso de paz que les haya dado más garantías a las víctimas que este. Las víctimas no existieron en ninguno de los procesos de paz anteriores. Gracias a esta ley, las víctimas existen en la mesa de negociación de La Habana; gracias a esta ley, en el punto 4, de una agenda tan acotada con cinco puntos, uno de ellos es el derecho de las víctimas. Gracias a esta ley tenemos la posibilidad de que cinco delegaciones de víctimas hayan estado en la mesa, cara a cara, con los delegados del Gobierno y de las Farc. Se podrá criticar quiénes fueron, de qué hablaron, la actitud de las víctimas, pero eso jamás se había visto. Si hay un gobierno con la autoridad moral para decir que hay y que habrá garantías de verdad, justicia y reparación y no repetición a las víctimas es el Gobierno Santos. Y como víctima que soy, no de las Farc sino del Eln, tengo claro que ningún proceso de paz ni con las Farc ni con el Eln será legítimo ética y políticamente si no se garantizan esos derechos de las víctimas. Ahora bien, lo de las penas y de la participación en política, déjeme pasar porque eso es lo que se está negociando en La Habana”.

¿Como víctima del Eln estaría de acuerdo con que los jefes del Coce no perdieran sus derechos políticos?

“La pregunta no se puede plantear en blanco y negro. Hay matices y formas de cómo se pueden pagar las penas. Eso es lo que tiene que resolverse en La Habana. Pero si la pregunta es si rechazo esa posibilidad, mi respuesta es no. Para eso es un proceso de paz. No se puede analizar de manera aislada cada decisión. Y eso lo dijo el presidente desde el comienzo, que hay que mirar cuál es el cuadro final de la negociación”.

El excomisionado de Paz dijo que los guerrilleros responsables de delitos atroces no paguen cárcel. ¿Qué opina?

“La misma respuesta. Esos son temas de la mesa, que deben ser acordados allí”.

¿Qué respuesta tiene el Gobierno frente a las denuncias de Fedegán, que advierten que las Farc siguen extorsionando...

“Para eso es que hay que acabar el conflicto. Y pueden tener razón. El Gobierno está muy preocupado por la extorsión en todas sus magnitudes. La microextorsión en las ciudades, aquí estamos llegando a unos niveles absurdos en los cuales se está extorsionando ya no a los sectores empresariales, a los agricultores, sino al pequeño comerciante, al taxista, y en eso tenemos que ser más eficaces. Las denuncias de los ganaderos sobre la extorsión de las Farc merecen toda la atención del Gobierno, hay que perseguir esa conducta. Hay que exigirles a las Farc que dejen de actuar de esa manera porque eso le hace daño al proceso”.

Como ministro de la política le corresponde tender puentes con todos los sectores, en especial con la oposición, hoy en cabeza del senador Uribe, ¿cómo avanzan esos acercamientos?

“Como estamos en receso vacacional, y no hay Congreso, esperamos reanudar ese trabajo a partir del 7 de febrero... Pero el Gobierno quisiera, respetando la oposición del Centro Democrático y manteniendo las diferencias, tener un diálogo mucho más constructivo, mucho más abierto con el CD, no solo alrededor de la paz sino también en la reforma al equilibro de poderes, en los temas económicos y sociales. Vamos a mantenernos abiertos al diálogo. No ha sido fácil y ahora vienen las elecciones regionales. Pero sería muy positivo para el país que manteniendo las diferencias lográramos reducir la polarización en la que a veces se ha caído en este debate político”.

En la zona de frontera con Venezuela, más allá de los problemas de orden público, está lo social. ¿Qué estrategia tiene el Gobierno para blindar la región frente al clima de zozobra que sacude al vecino?

“El Gobierno sigue con mucha atención y prudencia la situación en Venezuela y ojalá se pueda resolver. Eso afecta comercialmente a algunas regiones y esperamos que sean compensadas con la devaluación del dólar en otros mercados. Y en la frontera, especialmente en Cúcuta, Arauca y La Guajira, estamos pendientes con Migración Colombia de revisar el flujo migratorio y evaluar medidas de choque del Gobierno colombiano. Vemos allí mucha informalidad, delincuencia ciudadana, de pobreza, en toda la frontera. Y allí se están evaluando medidas con los ministerios”.

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