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Luego de conocer la muerte de dos niños en el municipio de Uribia (Guajira), al parecer por desnutrición, y otro en Manaure por un posible shock anafiláctico, la directora de Icbf, Cristina Plazas Michelsen, reiteró la necesidad no sólo de que las comunidades permitan llevar a los menores a tiempo a los centros de recuperación fuera de sus rancherías, sino de comprometerse a mantener el seguimiento de los que ya han sido intervenidos.
“La muerte de cada niño en La Guajira nos duele. Estamos trabajando fuertemente para llegar a todas las comunidades, pero lamentablemente hemos encontrado niños que a pesar de estar afiliados a seguridad social, no reciben atención médica, debido a que sus padres no permiten retirarlos del hogar a tiempo para garantizarles atención en salud”, dijo.
Plazas Michelsen aprovechó para hacer un llamado a las autoridades indígenas, a los padres y madres, para que reporten oportunamente a los niños que presenten situación de desnutrición, así como a las mujeres gestantes, a fin de realizarles intervención y seguimiento a través de los programas dispuestos desde el Instituto.
De igual manera, la directora pidió a las autoridades Wayúu la máxima colaboración para poder avanzar en la atención de todos los niños y niñas. “Si logramos identificarlos e intervenir a tiempo podemos trabajar con ellos hasta lograr su peso adecuado. Tenemos que trabajar unidos, redoblar esfuerzos, lo que hagamos por los niños nunca será suficiente”, afirmó.
Plazas de nuevo hizo el llamado a las EPS e IPS para que desarrollen acciones de promoción de la salud y prevención de la enfermedad e insistió en que seguirá reportando ante la Superintendencia de Salud las situaciones irregulares que se presenten en el servicio.
De acuerdo con lo reportado por el Instituto Nacional de Salud, en su Boletín Epidemiológico No. 18, este año se han registrado 8 niños menores de 5 años fallecidos por desnutrición en La Guajira.
El Icbf como rector del Sistema Nacional de Bienestar insta a todas las entidades a cumplir con sus responsabilidades, así como a las autoridades indígenas. Colombia no puede permitir ni un niño más muerto por desnutrición.