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El año pasado, según cifras de la Secretaría de Salud de La Guajira, murieron 37 niños por desnutrición.
Este año, a falta de tres meses para terminarse, la cifra es de 57, número que muestra que en el departamento del norte colombiano no mejoran las condiciones para los menores de edad.
Según el secretario de Salud del departamento, Stevenson Marulanda, quien denuncia la situación, hay que adelantar con mayor prontitud las estrategias a corto, mediano y largo plazo que ayuden a reducir la mortandad.
“Estamos en este momento con la de corto plazo: la asistencia. Llevamos agua, comida, vacunas pero esto no es suficiente ya que el problema es muy grande. La segunda estrategia es que las familias, que son en su mayoría wayúu, tengan soberanía alimentaria. Que puedan producir su alimento, cultivarlo; pero no tienen agua, no llueve hace cuatro años. El Gobierno Nacional en el momento busca crear más pozos pero esto se demora. Se necesitarían cinco gobiernos presidenciales y departamentales en planificación para mejorar la situación”, expone Marulanda.
El secretario pide además un tratamiento científico para el problema, un asunto que no es fácil, pero que ayudaría a los niños y sus familias.
Agrega que la labor de la Secretaría es de inspección, vigilancia y control, que la llegada de las EPS a zonas alejadas en rancherías del desierto es una labor difícil y que las IPS están colapsadas.
“Cuando los niños llegan enfermos a la secretaría son enviados a los hospitales con el grave problema de que estos están colapsados. Como ven las cifras aumentan en vez de disminuir y la crisis del sistema de salud colombiano empeora las cosas”.