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La delegación de las Farc en La Habana propuso el desmonte del Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía (Esmad), con el argumento de procurar “garantías de seguridad para la movilización y la protesta social” en el posconflicto.
La proposición de los insurgentes, por medio de su página de internet, se dio en el marco de las discusiones sobre el fin del conflicto, específicamente en el punto de las garantías de seguridad para que puedan dejar las armas y transformarse en una fuerza política.
El Esmad es el grupo de la Fuerza Pública destinado a controlar los amotinamientos en campos y ciudades, y está conformado por hombres y mujeres con armaduras y escudos. Su arsenal se compone de balas de goma, bolillos, gas lacrimógeno y bombas de aturdimiento, principalmente.
Las Farc también pidieron la conformación de una “comisión especial y permanente de seguridad, que tendrá la función de elaborar un plan de seguridad para el pos-acuerdo”.
Y exigieron que la seguridad debe extenderse a su futuro movimiento político, a las organizaciones de izquierda y defensores de derechos humanos, además de contar con una veeduría internacional para esas medidas.
De otro lado, los integrantes de esa guerrilla que están presos en las cárceles, reconocieron que el Gobierno comenzó a cumplirles los beneficios del último paquete de medidas para generar confianza (22 de noviembre), que incluía el indulto de 30 rebeldes y las mejoras en la atención a los detenidos.
El primer paso fue enviar médicos especialistas para atender a 11 reos de la agrupación que están en delicadas condiciones de salud.