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Un nuevo escándalo sacude a la Policía Nacional en Barranquilla. Se trata de la misteriosa desaparición de 51 armas de fuego que se suponía deberían estar bien resguardadas en la Escuela Antonio Nariño.
Es obvio que debe haber policías vinculados al robo de 38 revólveres y 13 pistolas, y eso el mismo general Jorge Hernando Nieto, director general de la institución lo sabe. El oficial afirmó que ya se están adelantando las indagaciones pertinentes para dar con los responsables.
De acuerdo a lo informado por la Policía, el viernes pasado se ordenó una revisión al área de armamento de la Escuela Antonio Nariño, ubicada en la Avenida Circunvalar. Los encargados encontraron el faltante dentro del armerillo.
Las armas habrían sido extraídas de manera consecutiva, de una en una, para no despertar sospechas. Es por eso que antes no se había notado que hacían falta. De inmediato se ordenó iniciar la investigación correspondiente.
La Directora Nacional de Escuelas, la general Mireya Cordon López, viajó a Barranquilla para ponerse al frente de la situación. Ella no ha dado declaraciones a los medios, pero sí lo hizo su jefe, el general Nieto, quien afirmó que “vamos con toda la capacidad institucional para ver dónde estuvo la falla de los responsables del cuidado de estas armas”.
El alto oficial también afirmó que se están tomando las medidas disciplinarias, administrativas y penales ante las personas que se encargaban de velar por esas armas, de las cuales no se supo si eran las que usan para darles instrucciones a los estudiantes o si también eran utilizadas en otras ocasiones.
Investigan el robo
Junto a la general Cordon llegó un grupo interdisciplinario procedente de Bogotá, el cual tendrá a su cargo la indagación que, según el general Nieto, va por buen camino porque ya se encontró una de las armas.
El oficial informó que un civil la tenía y que ahora esta persona jugará un papel importante para encontrar el resto del arsenal que fácilmente puede quedar en manos de los miembros de las bandas delincuenciales. Esto también destaparía una posible ‘olla’ de corrupción dentro de la Policía, pues se rumora que funcionaros de la institución estarían vendiendo las armas a los delincuentes.
Lo que preocupa es que las personas encargadas de hacer las inspecciones y los inventarios del armamento no hubieran notado la pérdida, es por eso que son ellos los primeros investigados.