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Desde la mesa de diálogos entre el Gobierno y las Farc se han tomado decisiones que incumben al país y por ende al territorio antioqueño. Entre ellos el desminado humanitario en Orejón, Briceño, que aún no concluye, y la sustitución de cultivos ilícitos.
Todas esas iniciativas vienen generando enormes expectativas en los pobladores de esas zonas. Jimeno Arias, presidente de la Asociación de Campesinos de Briceño, dijo, por ejemplo, que los labriegos necesitan plena certeza de que de que el Gobierno va a cumplir con las vías, los puentes, los centros de acopio y demás proyectos que les han prometido en los últimos meses.
Además de esas inquietudes el gobernador de Antioquia, Luis Pérez, manifestó a este diario que hay puntos que se deben resolver para que el proceso de paz llegue a Antioquia de una manera clara y ordenada.
1. Que el desminado sea una realidad
“Con el desminado yo he sido crítico, cuando hablo de disciplina y orden lo que importa es que todo lo que nos propongamos para Antioquia se logre. Yo le he dicho al señor presidente de la República que en Briceño se hizo mucha alharaca, fue un circo nacional e internacional, llevaron embajadores, dicen que invirtieron miles y miles de millones de pesos para desminar, se presentó como si las Farc estuvieran desminando el territorio eso no es cierto. En Briceño se desminaron solamente 12.000 metros, eso es irrisorio con la alharaca que se hizo y todavía se conservan muchos territorios minados, inclusive dentro de esos metros que se desminaron hace poco una vaca que estaba pastando voló en pedazos, o sea que quedó inclusive mal desminado. En desminado no hay mapas que deben ser severos, entonces en Briceño todavía hay cintas diciendo no camine por aquí, estoy en total desacuerdo en lo que se ha logrado avanzar para la alharaca que se ha hecho”.
2. Apoyo total al proceso de paz en Antioquia
“Yo apoyo el proceso de paz. Lo más irracional que le puede pasar a un país es que no esté de acuerdo ni siquiera en la paz. He sido claro con el señor presidente de la República y a él le gusta mi posición, de ponerle orden y disciplina al proceso. Todo proceso de posconflicto que no tenga disciplina y orden va camino al fracaso, se puede convertir en una guachafita, por eso nosotros hemos venido participando muy de cerca con esos procesos. La secretaria de Gobierno tiene la instrucción de no delegar, de ir a cada corregimiento, cada vereda, cada lugar donde se vayan a concentrar y tomar todas las medidas del caso. O sea que nos sentimos bien apoyando el proceso y tenemos cuatro zonas donde se van a concentrar los guerrilleros, allá vamos a estar. Pero una cosa es la paz como ciudadano y otra cosa es paz como gobernante, y yo tengo que responder como gobernador de Antioquia por la paz de Antioquia, por el orden y por la disciplina de todos los actores”.
3. Información sobre las zonas de normalización
“Hemos sido claros con el Gobierno nacional que antes de esas concentraciones hay que firmar un protocolo donde nos pongamos de acuerdo sobre cómo vamos a tener a esos guerrilleros bien. Lo que vemos hoy es que en esas cuatro zonas se concentrarán cerca de mil guerrilleros, uno no sabe cuántos son la verdad. Lo segundo es que queremos saber quiénes son, no queremos recibir unos desmovilizados anónimos, queremos hacer un buen seguimiento y reincorporarlos a la civilidad. Queremos saber qué van a hacer en esos seis meses. Queremos saber cuándo se van a ir y para dónde y cómo se van a manejar en la circulación. No queremos que haya niños en los alrededores, ni mujeres en algún estado de riesgo, ni que haya indígenas. No queremos que se metan con nuestras obras públicas, por ejemplo Pescadero Ituango que está muy cerca a la vereda, todo eso lo estamos firmando sobre un papel y qué vamos a hacer con ellos (guerrilleros de Farc) después de que salgan”.
4. Las expectativas de las comunidades
“Hemos encontrado algunas contradicciones naturales. A veces la guerrilla ofrece obras, manifiesta en las veredas que va a construir colegios, centros de salud, canchas, salones sociales y hasta carreteras. Además el Gobierno con su política genera demasiadas expectativas sobre las personas que viven en el campo. Las comunidades tienen muchas expectativas y ven en estas delegaciones la oportunidad de solucionar sus carencias. Por eso nosotros en eso hemos tenido diferencias con los delegados del Gobierno Nacional: les decimos que estamos de acuerdo en hacer todas las obras que sean necesarias pero que hay un Plan de Desarrollo de nosotros en el que sabemos hasta dónde podemos llegar. Si van a prometer cosas que nos digan también desde el Gobierno Nacional de dónde es que va a sacar la plata. Nuestra tarea es cumplir con la palabra, mi lema es ‘no le mame gallo a la gente, a la gente dígale la verdad’”.
5. Lucha contra las actividades ilícitas
“Se han dado contradicciones. Algunos guerrilleros dicen que en una zona de concentración hay mucho minero ilegal, no persigamos la minería ilegal o pasemos de agache. Nosotros como autoridad no podemos ni firmar ni decir eso. Igualmente he tenido contradicciones por la forma como han manejado Briceño y se hace mucha alharaca y poca ayuda al campesino y le escuché a alguien de las Farc que decía que la erradicación de los cultivos ilícitos se haría después, cuando los cultivos lícitos estuvieran produciendo. Es absurdo que un gobernante pueda aceptar que hayan cultivos ilícitos visibles al lado de los cultivos lícitos y eso es absolutamente inaceptable y en eso me ha dado razón el señor presidente de la República. Nosotros estamos trabajando muy fuertemente en llevarle proyectos agroforestales a las comunidades campesinas que generen desarrollo y paz en los territorios pero todo en medio de la legalidad”.
6. Exigencias de las Farc a las autoridades
“Yo trato de hacer las verdades públicas para que veamos cómo las solucionamos entre todos. En un principio algunos miembros de las Farc estaban desconcentrados y no tenían la información precisa de qué va a pasar con los campamentos. A algunos alcaldes varios miembros de las Farc les enviaron peticiones de plantas eléctricas, reses, marranos gorditos y otro tipo de elementos necesarios para esos campamentos. Yo fui quien lo hizo público para escuchar las versiones de quienes están en este proceso, pero mi primera orden es que ningún alcalde puede destinar un solo centavo para entregarle a los desmovilizados. Efectivamente el señor presidente de la República cuando me escuchó le dijo a los alcaldes ‘el gobernador tiene toda la razón, no se pueden destinar ni dineros del Gobierno departamental ni del local para este tipo de concentraciones, excepto que haya un acuerdo con el Gobierno Nacional’”.
7. Presencia institucional en el territorio
“Hace poco salieron las Farc de la vereda La Granja, en Ituango, y cuando uno cree que porque se fueron las Farc van a hacer fiesta los habitantes, pero entraron en protesta porque las Farc durante 40 años fueron la autoridad en ese corregimiento. Ellos decían cuáles eran los límites de las fincas, ellos dirimían los problemas vecinales, los de familia, todo, entonces cuando se van las Farc empiezan los avivatos a correr las cercas, a pelear el uno con el otro, se volvió un caos y tocó intervenir inmediatamente con un comisario y la Policía. En La Granja, donde viven unas mil personas, los ciudadanos dicen que les da miedo subir a la montaña porque hay minas, y no hay mapas de minas, ese es un delito de lesa humanidad gravísimo, es urgente que de este proceso de paz salga un proyecto más serio de erradicación de minas. ¿Qué tal que empecemos a trabajar en agricultura familiar y vuelen en pedazos nuestros campesinos?”.