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Los diversos candidatos para esclarecer la verdad
El 14 de noviembre se conocerá quiénes son los comisionados. Por ahora los ciudadanos pueden opinar sobre los postulados.
14 de septiembre de 2017
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Abogados, arquitectos, químicos, antropólogos forenses, psicólogos, filósofos, sacerdotes, sociólogos, economistas, oficiales retirados de la Fuerza Pública, excombatientes y periodistas, hacen parte del listado de 199 candidatos que cumplieron los requisitos mínimos para hacer parte de la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, que intentará contar la memoria histórica de los hechos ocurridos durante el conflicto armado.
El listado fue publicado por el Comité de Escogencia, que para el 14 de noviembre debe haber elegido a los 11 comisionados. Las hojas de vida de los candidatos se hicieron públicas para que la ciudadanía exprese sus observaciones hasta el próximo 21 de septiembre.
“El procedimiento no es de manera directa. No será con lobby ni con presiones externas. Será por la página web, mandando comunicaciones respetuosas, firmadas, no vamos a recibir anónimos”, señaló Claudia Vaca, presidente del Comité de Escogencia.
Las observaciones ciudadanas no son un sistema de votación, pero ayudarán al Comité a seleccionar una lista más pequeña de candidatos que podrán ir a las entrevistas con los cinco miembros del Comité, que se realizarán del 6 al 9 de noviembre próximos.
Un listado variopinto
A diferencia del Tribunal de Paz o de la Unidad de Desmantelamiento de Organizaciones Criminales, los candidatos a la Comisión de la Verdad no tienen que tener un perfil establecido. Sus únicas condiciones son no haber sido condenados por delitos diferentes a los políticos, dominar el español, tener una experiencia de al menos 10 años relacionada con el cargo, y tener conocimiento y trayectoria del conflicto armado, el Derecho Internacional Humanitario y los Derechos Humanos.
De acuerdo con Vaca, lo importante no son sus credenciales académicas sino que tengan la experiencia para contribuir en un proceso tan dispendioso como contar lo que pasó durante seis décadas de conflicto y explicarlo.
Por eso los perfiles de los candidatos son tan diversos. Entre ellos se destaca Amilkar Acosta, quien fue ministro de Minas y Energía del Gobierno Santos y director de la Federación de Departamentos, quien dice en su motivación que tiene la convicción de que el Acuerdo Final con las Farc fue el “mejor acuerdo posible”.
El sacerdote jesuita Francisco de Roux quien por muchos años ha trabajado en zonas afectadas por el conflicto acompañando a las víctimas.
Sobresale la presencia de los periodistas Alfredo Molano Bravo, Claudia Julieta Duque y Marta Ruiz, quienes desde diferentes medios de comunicación han cubierto el conflicto armado colombiano y tratado de esclarecer algunos de los episodios más dolorosos.
“He entrado en la intimidad del dolor de los afectados y he escrito sobre sus duelos; he escrito y divulgado sus historias en libros, entrevistas en radio, el programa de televisión Travesías (62 capítulos) y artículos y editoriales de prensa”, expresó Molano en su postulación a esta entidad.
Si fueran seleccionados, del Centro Nacional de Memoria Histórica habría una desbandada: su director general Gonzalo Sánchez; el director de Acuerdos de Verdad, Álvaro Villarraga -ex Epl-, y la antropóloga forense Helka Quevedo están entre los candidatos.
Quevedo señaló que su aporte estaría encaminado a construir un espacio en donde se asocien y articulen los relatos; se reconozca a las víctimas y se contribuya a explicar la complejidad de las causas, responsabilidades y factores que provocaron los hechos del conflicto”.
Sorprendió, también, la postulación del general (r) Luis Herlindo Mendieta, quien estuvo casi 12 años secuestrado por las Farc y ofreció su experiencia de 39 años de servicio a la comunidad.
La tarea está sobre la mesa. El Comité de Escogencia tendrá que hacer gala de sus capacidades para elegir a los mejores candidatos, sin importar qué tan taquilleros son, sino que puedan cumplir con la misión de contribuir al esclarecimiento de lo ocurrido, contribuir al reconocimiento, y promover la convivencia en los territorios.
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