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Cada vez que se habla de ciencia, de salud, de investigaciones, muchos se imaginan laboratorios, batas blancas, términos incomprensibles y hasta difíciles de pronunciar. Incluso, hasta el mismo resumen parece complicado de entender.
Sin embargo, en asuntos ‘científicos’ no siempre las cosas resultan tan serias. Por esa razón, para irrumpir con esa idea de que todos los estudios son aburridos, la publicación British Medical Journal -una de las revistas científicas más destacadas del mundo- reunió algunos de los estudios más divertidos de este año.
De meses y años atrás, así son en gran parte las publicaciones de las salas de espera de los consultorios. Bruce Arroll, Stowe Alrutz y Simon Moyes, de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda, autores del estudio, hicieron una prueba.
Uno de ellos se cansó de recibir quejas de sus pacientes por lo viejas que eran las revistas en su consultorio. Por esa razón, decidieron ubicar 87 ejemplares, que lograron reunir con amigos y familiares, en una sala de espera en Nueva Zelanda.
La oferta era variada, desde publicaciones con temas económicos hasta farándula. Las revistas estuvieron allí por cerca de un mes y, en ese período, 41 de ellas desaparecieron.
Señala la investigación que la tasa de desaparición fue de 1,32 revistas al día. Sin embargo, no todas desaparecieron con la misma velocidad, pues las de chismes fueron las más deseadas y tienen 14 veces más posibilidades de desaparecer que el resto.
Científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y la Universidad de Nebraska lo hallaron mientras realizaban un estudio relacionado con los microbios de la garganta. Los investigadores indicaron que el virus infecta al cerebro humano y nos hace más tontos.
Se descubrió que el virus es de las algas y nunca antes fue detectado en personas sanas, afecta a las funciones cognitivas, incluyendo el procesamiento visual y la conciencia espacial.
Robert Yolken, el virólogo que dirigió el estudio, indicó que “este es un ejemplo notable que demuestra que los microorganismos ‘inocuos’ que llevamos pueden afectar el comportamiento y la cognición”.
Hasta el momento, 90 personas han sido probadas para determinar la presencia del virus, y 40 de ellas dieron positivas, así lo señaló el periódico The Independent.
El estudio fue basado en los ganadores del Premio Darwin, un reconocimiento irónico que toma su nombre del creador de la teoría de la evolución Charles Darwin. Se basa en el supuesto de que la humanidad mejora genéticamente cuando ciertas personas sufren accidentes, muertes o esterilizaciones por un error absurdo o un descuido.
“Estos resultados son consistentes con la teoría de la idiotez masculina”, dicen los autores, miembros del Instituto de Medicina Celular de la Universidad de Newcastle; de la Escuela King Edward VI, en Morpeth; y del Royal Victoria Infirmary, en Inglaterra.
Las evidencias científicas muestran que los hombres tienen más probabilidades de acabar en la sala de urgencias de un hospital por accidentes o golpes recibidos al practicar deporte, por ejemplo.
Según los estudiosos, algunas de estas diferencias se pueden atribuir a factores culturales y socioeconómicos. Sin embargo, las diferencias entre hombres y mujeres en los comportamientos de riesgo aparecen en una edad muy temprana, lo que según los autores hace dudar si estos comportamientos son puramente sociales o culturales .