viernes
7 y 9
7 y 9
Durante un poco más de tres horas don Adolfo, padre de Gerson Jairzinho González Arroyo, un joven que desapareció en manos de miembros del extinto DAS, esperó a la ministra de Justicia, Gloria María Borrero, quien se comprometió a asistir a un evento de perdón entre víctimas y Estado, precisamente como acto de resarcimiento por la muerte del joven que para la época tenía 17 años.
Las horas pasaban y junto con don Adolfo aguardaban ocho hermanos de Gerson. Esto para recibir después de 26 años un gesto de ‘Solución Amistosa’ por parte de miembros del Estado. El acto, que se llevaría por orden de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, no se registró debido a que la ministra apareció en el lugar tres horas después.
La jefe de la cartera de justicia, inicialmente confirmó su participación al evento, horas más tarde, dijo que enviaba a un delegado y minutos después, volvió a reconfirmar su asistencia. Tras esto y tomar el encuentro de reparación como una burla, don Adolfo decidió retirarse y dejar de esperarla.
“Si hizo algo reprochable, mi muchacho debía ser castigado por las autoridades, en lugar de desaparecerlo, acabando con la alegría, la armonía, con la vida mi esposa, mi padre, mi familia. Y ahora estamos esperando a que la señora ministra venga a pedir perdón, en un acto por salir del atolladero. Me siento destrozado por ella, porque me avivaron el dolor nuevamente”, dijo don Adolfo, dirigiéndose a la prensa cuando decidió dejar de esperar a la ministra y suspender el acto.
La ministra, a través de su cuenta de Twitter, manifestó: “Quiero reiterar mis excusas por retraso de mi asistencia en acto de reconocimiento de responsabilidad del Estado caso Gerson Jairzinho González en Sincelejo. Me fue imposible llegar a tiempo debido a la apretada agenda que adelanta el Congreso en estos últimos días de sesiones”.
Historia del caso
La desaparición y posterior muerte de Gerson se registró en Sincelejo (Sucre), el 20 de noviembre de 1992. El joven de 17 años, vivía con su familia y se dedicaba a la cría de pollos como medio de subsistencia.
En la mañana de ese viernes, mientras Gerson caminaba por el sector de Las Peñitas, en Sincelejo, fue secuestrado y desaparecido en una camioneta color blanco cuatro puertas, adscrita al DAS Regional de Sucre.
Al registrarse el hecho, su familia emprendió la búsqueda en diversas fincas de la zona, en las que escucharon que podría estar, sin embargo, no tuvieron éxito. Su madre falleció en octubre de 2001 sin tener noticias de él, y su padre y hermanos no han cesado en la exigencia de verdad sobre la ubicación de sus restos, a pesar de persecuciones, amenazas y hostigamientos.
Al momento de los hechos, Gerson Jairzinho había sido denunciado ante el DAS por un ganadero de la zona como presunto responsable del delito de extorsión. Esta entidad, en lugar de ponerlo a disposición de las autoridades judiciales para la respectiva investigación, lo capturó ilegalmente y procedió a su desaparición forzada.
En el expediente penal se consigna que su padre, Adolfo González, “se había enterado que funcionarios del DAS habían trasladado a su hijo a una finca en Betulia, donde lo habían torturado y luego trasladado a una finca en Sincé, donde lo habían entregado a un sicario apodado ‘El Ciego’, quien lo había llevado al municipio de San Onofre y luego a Montería”. No obstante, aún hoy se desconoce su paradero.
Debido a que, efectivamente, no se conocieron decisiones judiciales sobre el proceso, el caso pasó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y en 2016 se llegó a un ‘Acuerdo de Solución Amistosa’ entre las víctimas y el Estado, del cual se derivan, entre otras medidas, el acto público de reconocimiento de responsabilidad y excusas públicas, encabezado por la Ministra de Justicia, quien finalmente llegó al evento a las 5:00 de la tarde, cuando don Adolfo ya se había retirado.
Pese a que don Adolfo declinó su idea de buscar el reconocimiento que finalmente fue ordenado por el ente internacional, la familia de Gerson continúan tras las pistas que puedan llevarlos a encontrar los restos de su ser querido. Además de ello, claman que haya justicia y verdad.