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No será pequeña la pila de tareas pendientes que encontrará desde hoy Germán Arce Zapata en el despacho del Ministerio de Minas y Energía.
Si bien la crisis energética ya perdió fuerza, los problemas de fondo del sector se juntan con un convulsionado panorama petrolero y minero, que no solo necesitan de más inversión, también precisan mayor regulación y control.
El economista bugueño que toma las riendas del ministerio tendrá, según el presidente Juan Manuel Santos, la tarea de “fortalecer el sector minero y de hidrocarburos, así como asegurar el esquema financiero y de oferta que garantice la provisión de energía y gas”.
Mes y medio después de la renuncia de Tomás González, el presidente le puso cara a la cartera. Sin embargo, hay que tener en cuenta que este es el sexto ministro que pasa por el puesto en cinco años.
Arce se desempeñó desde agosto de 2014 como gerente del Fondo de Adaptación, fue presidente de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) y participó del consejo directivo de la Unidad de Planeación Minero-energética (UPME)
Después de la sequía, a Arce le lloverán los pendientes. El 28 de abril el Ministerio de Minas deberá tomar una decisión sobre el precio de escasez con que se remunera a las plantas termoeléctricas que generan con Acpm.
Una resolución expedida en octubre de 2015 subió la remuneración a 470 pesos, pero se vence la próxima semana. Los dueños de centrales termoeléctricas piden un ajuste para dejar de operar a pérdida.
Pero no será lo único por ajustar en el sector energético. Deberá ponerle orden y filtrar las críticas a la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg), que necesita una suerte de revolcón estructural.
“Por lo menos a este ministro ya lo toma el fenómeno de El Niño en su etapa final, no en plena coyuntura. Eso debe darle la calma para hacer los cambios técnicos que se necesitan”, indicó a EL COLOMBIANO Ángela Montoya, presidenta de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía (Acolgen).
Otra de las tareas urgentes para el ministro será asegurar, tanto el suministro como un precio competitivo del gas en Colombia. El país cuenta con suministro de este combustible para los próximos 13 años, según datos de Naturgás, pero esto sobre el supuesto de que el consumo no aumente. Pero en una industria con ganas de crecer, estas reservas no serán suficientes.
Y si el sector energético necesita cambios estructurales, con el petrolero tendrá que sentarse a hablar “tendido”.
Ante la baja en la Inversión Extranjera Directa en el sector petrolero, que al primer trimestre fue de 37 % frente al mismo periodo de 2015, Arce deberá darle un impulso a la exploración, tarea que no está nada fácil ante sucesos como la revocatoria de la licencia de exploración a Hupecol para extraer crudo del Meta, decisión que se tomó ayer.
Por eso, no solo tendrá que impulsar la inversión, deberá darle certidumbre al capital que llegue y esto se hace, en primera medida desde los impuestos. Según datos del sector petrolero, la tasa efectiva de tributación de las compañías petroleras en Colombia es de 73 % sobre las utilidades, una cifra alta frente a los estándares nacionales.
Para el presidente de la Cámara Colombiana de Bienes y Servicios Petroleros (Campetrol), Rubén Darío Lizarralde, se mostró cauto ante el nombramiento de Arce, pues asegura que “por el momento sabemos que es una persona que lideró la ANH, y esperaremos para ver cuáles son sus planteamientos para recuperar a un sector tan golpeado”.
Datos de Campetrol señalan que el 70 % de los taladros para la exploración de crudo en el país están parados y en el sector se han perdido más de 60 mil empleos a causa de la crisis por los bajos precios internacionales.