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La grave situación de hacinamiento carcelario que atraviesa la mayoría del país tanto en penales como calabozos de Policía y demás entes distintos al Inpec está llegando a límites explosivos como el que tuvo lugar este martes en Bucaramanga, en cuyo Palacio de Justicia estalló un motín.
Los protagonistas fueron 32 personas que estaban detenidos en el Centro de Servicios Judiciales de la ciudad a la espera de su traslado a la cárcel. A causa de las precarias condiciones de cautiverio en las celdas del lugar, cuyo fin es el de retener solo por horas, los detenidos decidieron protestar e intentaron tomarse el sitio por la fuerza.
Al sitio, ubicado en pleno centro de la ciudad, al lado de los edificios de la Alcaldía y la Gobernación de Santander, tuvo que llegar el Escuadrón Móvil Antidisturbios, Esmad, de la Policía a controlar la situación.
El sitio fue evacuado recién estalló la protesta.
Los calabozos del Centro de Servicios Judiciales tienen tanto a sindicados como a condenados por crímenes que llegan hasta el asesinato. Por tanto, reportes de prensa de la región reportaron que algunos habrían intentado quemar archivos del complejo que se ubica en el Palacio de Justicia de Bucaramanga.
Vale recordar que en esta ciudad al oriente de Colombia existe un hacinamiento superior al 156% en su cárcel principal, lo que obligó al cierre preventivo del establecimiento carcelario.
Aunque ocurrió en Bucaramanga, este escenario es un mal presagio para Medellín, cuyos niveles de hacinamiento en cárcel y otros sitios como estaciones de Policía son preocupantes.
Según informó la propia Alcaldía de Medellín, actualmente existen 743 personas recluidas en estaciones de Policía y otros 71 en el búnker de la Fiscalía.
Esto se suma que 10 cárceles del departamento tuvieron que dejar de recibir reclusos por el alto nivel de hacinamiento.
Vale recordar que sitios de reclusión como los de la Policía y la Fiscalía fueron diseñados para albergar al reo las horas que dura la definición de su situación judicial, es decir, mientras se decide si se envía a la cárcel o no.
Por ello, ningun calabozo posee las características sanitarias ni de comodidad mínima para albergar seres humanos por varios días.