viernes
7 y 9
7 y 9
Cuestionamientos sobre la cantidad de elefantes blancos que hay por todo el país con recursos de regalías y las millonarias inversiones que ha hecho el Gobierno Nacional en subsidios; son algunas de las críticas con las que se despide el director del Departamento Nacional de Planeación (DNP), Luis Fernando Mejía.
Asegura que entre las prioridades que ha tenido es la depuración del Sisbén lo cual les ha permitido identificar a quienes, de manera fraudulenta, permanecían en esta base de datos para acceder a beneficios sociales. Aunque asegura que debe haber un reenfoque o mejor vigilancia en los subsidios, los defiende.
Gran parte del trabajo del DNP ha sido enfocado en las regalías, ¿qué balance hace?
“El nuevo sistema tuvo una mejora sustancial. Recordemos que antes el 80 % de los recursos iban a nueve departamentos productores y ahora van dirigidos a todos. En estos seis años se han aprobado $32 billones, con más de 12.600 proyectos y hemos hecho evaluaciones académicas que nos han mostrado que el sistema tiene un acceso muy importante en servicios básicos”.
La Contraloría ha dicho que se debe reformar...
“Más allá de las posibles mejoras, ha tenido un impacto sustancial en términos de bienestar y ha contribuido en el crecimiento económico, estimado en 0,6 %. El contralor Edgardo Maya Villazón ha dicho que la reforma ha sido un gran fracaso, por el contrario, creemos que tuvo un impacto importante, que nos dan la razón a través de las evaluaciones especializadas”.
La ejecución de los proyectos financiados con regalías es lenta, ¿qué se ha hecho para controlarlo?
“Hay que explicar que la responsabilidad de la ejecución es exclusiva de las entidades territoriales, lo único que hacemos es prestar apoyo técnico y validar requisitos. Lo que hemos hecho es no esperar al final, sino hacer un monitoreo durante la ejecución del proyecto, para que después hagamos mesas de concertación y planes de mejora”.
Los subsidios en Colombia llegan a los 72 billones de pesos anuales según la Contraloría, ¿cree que se está desbordando?
“No deberíamos satanizarlos, aunque sea el equivalente al 9 % del Producto Interno Bruto. El problema no es el rubro, sino la focalización, que es lo que hemos detectado, porque hay programas que están llegando a los estratos altos, como con las pensiones, cuando deberían estar dirigidos a los más pobres, pero no nos hemos quedado de brazos cruzados, porque ampliamos programas sociales como Colombia Mayor. Con el Sisbén, en 2015, identificamos que había 600 mil personas que no debían estar ahí, y hasta el momento hemos depurado 500 mil”.
Hay municipios que se han quejado por las dificultades en el trámite para ejecutar recursos, ¿cómo están haciendo para facilitarlo?
“Focalizamos mesas técnicas, llegando al territorio, para ayudarles a estructurar los proyectos y saber cómo fortalecerlos. También hay incentivos tributarios: las Zonas más Afectadas por el Conflicto Armado (Zomac), que tienen gran componente rural, y que cualquier empresa nueva que se cree en estos 344 municipios van a tener exenciones en el impuesto de renta y, segundo, obras por impuestos, mecanismo alternativo para que las empresas grandes puedan pagar sus impuestos construyendo”.
¿La figura del Órgano Colegiado de Administración y Decisión (Ocad) en qué ha fallado, por qué resultan invertidos millones en proyectos inútiles?
“Se ha procurado mantener líneas estratégicas razonables. La mitad de los recursos están yendo a proyectos de infraestructura, transporte, vías secundarias y terciarias, y eso resulta útil, pero también van invertidos en vivienda, educación y agua potable, sectores útiles para todos”.
¿El DNP debería convertirse en un Ministerio, como en otros países?
“No me parece algo tan relevante, porque como departamento administrativo está jugando el rol que debe jugar, que es fundamental en la formulación del Plan de Desarrollo”.