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Dos deseos marcaron estas fechas especiales en la familia del soldado Carlos Alberto Becerra Ojeda. El primero, pasar la Nochebuena en compañía del militar, secuestrado por las Farc el pasado 19 de diciembre, no se cumplió. El segundo deseo, luego de oraciones y novenas, ayer se hizo realidad. La familia de Becerra podrá abrazarlo en Año Nuevo, una de las peticiones hechas por todos sus seres queridos durante los siete días de cautiverio.
“No hay palabras para describir esta felicidad. Estamos ansiosos por su llegada. Por fin tenemos una alegría en estas fechas, pues aunque teníamos fe que lo iban a devolver, no sabíamos cuándo y eso nos daba angustia”, dice el padrastro de Becerra, Roberto Acosta. En su vivienda, cuenta el señor Roberto, le harán unos tamales de bienvenida. “El es como mi hijo, no ve que yo lo cogí desde que tenía como cinco años. Por eso me alegra su liberación”, agregó Acosta.
El soldado Becerra fue liberado en la tarde de ayer en la vereda Zumbico, en Jambaló, Cauca. Guerrilleros del frente Sexto de las Farc lo entregaron a una comisión de los países garantes del proceso de paz, Cuba y Noruega, y a una delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja, CICR.
Las Farc calificaron la liberación del soldado como un gesto de paz, e insistieron en la figura del prisionero de guerra, como una manera de garantizar los derechos de los combatientes que caen en su poder en acciones militares.
Tras la liberación, el presidente Juan Manuel Santos expresó que esta acción es un paso más en la dirección correcta de los diálogos, y a su vez, “esperamos sea muestra de la decisión irreversible de acabar el conflicto y que estos sucesos no vuelvan a pasar”.
El soldado Becerra fue secuestrado por guerrilleros de la columna Jacobo Arenas luego de un enfrentamiento en el que murieron cinco soldados y otros cinco resultaron heridos cuando realizaban acciones de control en Santander de Quilichao, Cauca .