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Café y cacao se abren camino entre coca y bala
En regiones de Antioquia y Córdoba donde el conflicto aún está latente, campesinos se la juegan por producir.
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En una casa de Santa Rita de Ituango se empaca el café Sinitavé. -
Los cacaoteros de Chocolate Colombia FOTOs Jaime Pérez y cortesía
05 de noviembre de 2018
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Aunque para nadie es un secreto que la coca es uno de los principales problemas en cientos de municipios del país, el cacao y el café son parte de la solución para que en muchas regiones estigmatizadas por estos cultivos de uso ilícito se tenga esperanza de un territorio diferente y con prosperidad para sus campesinos.
Eso está ocurriendo en varias poblaciones del sur de Córdoba y norte y Bajo Cauca de Antioquia, donde infortunadamente las noticias que genera el conflicto armado acaparan los titulares de los diferentes medios de comunicación. Allí cientos de familias pueden contar con tranquilidad que su futuro está en el chocolate y los granos de café, y aunque les toca cultivarlos muchas veces al lado de las matas de coca o incluso cerca de un campo minado, su principal ilusión es seguir adelante con los productos que salen de sus tierras.
El corregimiento de Santa Rita, en Ituango, actualmente sufre por la guerra que sostienen de forma ininterrumpida las disidencias de las Farc y el Clan del Golfo, muchos de sus habitantes se acostumbraron a sembrar y vivir de la coca, sin embargo un grupo de campesinos decidieron darle un valor agregado al café que cultivan en sus parcelas y lo volvieron especial.
Sinitavé, es el nombre del café que tiene el sello de todo lo bueno que pasa en Santa Rita y Jhon Fernando Echavarría, uno de sus creadores, explica que desde hace cuatro años se embarcaron a esta aventura que le apuesta a ser uno de los mejores cafés especiales y que ya se vende en Popayán, Bogotá, Medellín y especialmente en las obras de Hidroituango uno de sus principales clientes.
“Muchas personas que no conocen bien la realidad solo piensan que en esta zona de Antioquia hay coca y grupos armados ilegales, pero también hay muchas cosas buenas y el café que se cultiva por esta región es muy bueno y cultivado por campesinos que quieren tener una economía legal. Acá están todas nuestras esperanzas puestas”, asegura Jhon Fernando.
Chocolatina Paramillo
Ese es el nombre de la barra de chocolate que está hecha con una combinación de cacaos sembrados y producidos en municipios del sur de Córdoba, norte y Bajo Cauca de Antioquia.
Ese es el producto estrella de Chocolate Colombia, una organización que, según Germán Sánchez, su gerente comercial, fue hecha por “productores para ayudar a productores”.
“Esto es un integrado comercial con el que se obtiene un mayor volumen de cacao para poder tener mejores negociaciones para su venta”, explica Germán, quien añade que en esta empresa hay cultivadores de cacao de los municipios de Puerto Libertador, Valencia, San José de Uré y Tierralta en Córdoba; Valdivia, Briceño, Tarazá, Cáceres, El Bagre y Zaragoza en Antioquia.
“Nuestra Chocolatina Paramillo es la gran apuesta, pero en los últimos años hemos exportado más de 500 toneladas de cacao a España y Estados Unidos”, dice el representante de Chocolate Colombia.
Al igual que el Café Sinitavé, el cacao de Chocolate Colombia sale de tal vez las regiones más golpeadas por el conflicto armado en el esta parte del país. Hablar del Bajo Cauca Antioqueño o el sur de Córdoba implica, mínimo, a cuatro grupos armados ilegales que durante años se han dedicado a la guerra y a las rentas ilegales, por eso el valor agregado de estos productos.
“Nosotros estamos dentro de la zona de conflicto, todos nuestros productores tienen problemas de orden público en sus zonas. Poco a poco los cacaoteros han salido adelante y muchos cocaleros quieren dejar ese cultivo y unirse al cacao, hemos sido como un camino para mucha gente que no quiere más conflicto”, afirma Germán Sánchez.
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