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La Defensoría del Pueblo entregó este jueves la Alerta Temprana de la situación de riesgo para líderes sociales y defensores de derechos humanos en Colombia. La situación es muy grave y no parece mejorar.
El defensor Carlos Alfonso Negret Mosquera informó que desde el 1 de enero de 2016 al 27 de febrero de 2018 fueron asesinados 282 personas que se dedicaban a la defensa de la comunidad o de los Derechos Humanos, esto a pesar del despliegue de algunas acciones por parte de las entidades competentes a nivel nacional y regional.
En 2016 ocurrieron 134 homicidios; para 2017 fueron 126 y del 1 de enero al 27 de febrero de 2018, otros 22 casos.
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En 2017, luego de emitir el informe de Riesgo 010-17, se presentaron tres homicidios a personas que hacían parte del grupo poblacional expuesto en situación de riesgo. Son ellos:
1. Porfirio Jaramillo Bogallo, líder de la comunidad Guacamayas, parte del territorio colectivo de La Larga Tumaradó, municipio de Turbo (Antioquia), muerto el 28 de enero de 2017.
2. Bernardo Cuero Bravo, miembro de la Junta de Acción Comunal del barrio Villa Esperanza del municipio de Malambo (Atlántico). Era integrante de la mesa de víctimas municipal, delegado por Afrodes y representante legal de la Asociación de desplazados por el Buen Vivir de Malambo – ADEVIM. El señor Cuero murió el 7 de junio de 2017 en Malambo.
3. Sandra Yaneth Luna, presidenta de la Junta de Acción Comunal de la vereda Totumito –Carbonera del municipio de Tibú (Norte de Santander). La señora Luna fue desaparecida el día 27 de septiembre de 2017, cuando hombres armados la sacaron de su vivienda y su cuerpo sin vida fue encontrado el 5 de febrero de 2018, en la vereda La Primavera del corregimiento Campo Dos de Tibú.
“No puede haber ni un líder social o defensor de derechos humanos más asesinado en Colombia y por eso reiteramos la obligación que tiene el gobierno de reforzar su seguridad y de garantizar la labor social que ellos realizan en todo el país”, agregó el Defensor del Pueblo.
El seguimiento que hace la Defensoría al tema deja ver que estos homicidios vienen sucediendo bajo tres dinámicas: la primera se debe a la expansión del Eln que ha derivado en enfrentamientos con la Fuerza Pública y otros actores armados especialmente en Chocó, Norte de Santander, Cauca, Arauca y Nariño; la segunda tiene que ver con la conformación de disidencias de las Farc en Meta, Guaviare, Vichada, Vaupés, Caquetá, Valle del Cauca, Cauca y Nariño; y la tercer dinámica es la consolidación de área de dominio de los grupos armados posdesmovilización en Córdoba, Sucre, Magdalena, Chocó, Antioquia, Risaralda, Caldas, Nariño, Cauca, Valle del Cauca, Putumayo.