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En Villatina, madres aún esperan verdad y justicia por sus hijos

Según la sentencia, los nueve jóvenes habrían muerto a manos de agentes del extinto F2.

  • Ayer se celebró una misa en el mismo punto donde ocurrió la masacre. Familiares, amigos y vecinos recordaron a los nueve jóvenes asesinados hace 25 años. FOTO Manuel Saldarriaga
    Ayer se celebró una misa en el mismo punto donde ocurrió la masacre. Familiares, amigos y vecinos recordaron a los nueve jóvenes asesinados hace 25 años. FOTO Manuel Saldarriaga
16 de noviembre de 2017
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Pasaron 25 años de la masacre de nueve jóvenes en Villatina a manos de agentes del Estado y no hay un solo día en que las madres de las víctimas no recuerden los rostros, sonrisas y los sueños que tenían sus hijos. Sin embargo, tampoco pasa un segundo sin que se hagan la misma pregunta: ¿por qué?

Estas mujeres, al igual que los vecinos, coinciden con la historia de esa noche: “Eso fue después de las 8:30. Llegaron como 12 tipos en tres carros, uno lo atravesaron en plena vía y los otros dos los dejaron al frente del billar. Los niños estaban en la puerta de ese negocio porque no los dejaban entrar por su edad. Ahí mismo les dispararon, incluida la niña de 8 años que estaba sentada al otro lado de la calle, y que también murió a pesar de las súplicas, es que había uno de ellos que disparaba como loco”, recuerda María Amparo Loaiza, quien vive justo al frente donde ocurrió el hecho.

Se sabe que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos instó al Estado a que reconociera su culpa por lo ocurrido: efectivamente en el múltiple homicidio participaron agentes del F2, antiguo servicio de inteligencia de la Policía Nacional.

Las víctimas fueron reparadas y se construyó un monumento (ubicado en el Parque el Periodista de Medellín), un centro de salud y un colegio en Villatina. Además, cinco años después de la masacre, la Procuraduría destituyó a los policías Omaldo de Jesús Betancour, Gilberto Ordóñez Muñoz y Milton de Jesús Martínez Mena por su participación en el crimen.

“Nada de esto fue suficiente, porque no tenemos ningún beneficio con el colegio, con una estatua o con el centro de salud. Nos dieron una casa para que todas las mamás montáramos un negocio y hace ocho años nos tocó abandonarla porque está en zona de alto riesgo. Pero la plata es lo de menos, acá no hubo justicia, sí reconocimiento, pero todo quedó en impunidad”, asegura Marta Elena Álvarez, madre de Óscar Andrés Ortíz Toro, uno de los menores asesinados y quien afirma que con tres tutelas ha intentado, sin resultados, revivir la investigación y el proceso para que los responsables respondan ante la justicia por sus acciones.

“Fueron 12 policías”

Johana Mazo Ramírez fue la niña de ocho años que cayó en la masacre. Esa noche su maldición fue tener una pierna enyesada que le impedía subir a la casa de una amiga por un casete de música, por lo que decidió esperar justo al frente donde ocurrieron los hechos.

“Tendría 32 años”, dice su madre, Nubia Ramírez. “Esos policías nos quitaron todo y le digo, no fueron solo los tres que destituyó la Procuraduría, fueron 12 en total los que participaron, pero absolutamente nada de justicia para ellos y verdad para nosotras. El Estado no cumplió”.

En este hecho por el que nueve madres piden a gritos justicia y verdad, murieron Johana Mazo Ramírez, de 8 años; Johnny Alexander Cardona Ramírez, Ricardo Alexander Hernández, Giovanny Alberto Vallejo Restrepo, Óscar Andrés Ortiz Toro, Ángel Alberto Barón Miranda, Marlon Alberto Álvarez y Nelson Dubán Flórez Villa, quienes tenían entre 15 y 17 años de edad. Además, Mauricio Antonio Higuita Ramírez, de 22 años.

“Acá hay muchas leyes, pero no justicia”, concluye, Luz Elena Villa, mamá de Nelson Dubán Flórez.

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