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Terminar un conflicto armado con más de 50 años de confrontación, requiere de condiciones especiales —como afirman algunos especialistas— en las que ambos bandos deben hacer concesiones para lograr un acuerdo.
En el mundo, explica el español Vicenç Fisas, director de la Escuela de Cultura y Paz de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), la mayoría de conflictos hostiles han optado por el diálogo, y en esa vía, medidas especiales para terminar con las hostilidades.
Investigaciones realizadas por la Escuela de Cultura y Paz de la UAB, registran que de 59 conflictos finalizados en los últimos 30 años, 44 lo han hecho mediante un acuerdo de paz, 4 sin acuerdo formal, y 11 con victoria militar, “lo que reafirma la vía de la negociación como medio de resolución de los conflictos”, asegura Fisas. En la terminación de esos conflictos, como en el caso colombiano, se creó una Comisión de la Verdad para aclarar los crímenes.
María Camila Moreno, directora regional del Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ), dice que lo pactado en Colombia “como en otros casos de rendición de cuentas penal, la pertinencia y efectividad de este modelo no podrá ser medida por su diseño sino por resultados que logre para las víctimas”.
En el país en los últimos 10 años se adelantaron dos procesos de negociación: con los paramilitares, que llevó a su desmovilización, y con las Farc —aún vigente—. En los dos se pactaron condiciones especiales para llevar, en el primer caso a la desaparición del grupo, y en el segundo, convertirse en un partido político. EL COLOMBIANO le muestra las similitudes y diferencias del proceso de Justicia y Paz y el acuerdo firmado con la guerrilla hace poco.