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“Mi hermano murió cumpliendo su sueño, siempre quiso desactivar minas porque sabía el dolor que causaban, pero nunca pensó que ese dolor nos lo fuera a dejar ahora a nosotros”, asegura Sandra, hermana del soldado Wilson de Jesús Martínez, quien se convierte en el primer muerto del trabajo conjunto de la guerrilla y el Ejército por erradicar las minas antipersonal.
Sobre la tarde del miércoles, los familiares del soldado recibieron la noticia de que Wilson había sufrido un grave accidente, sin embargo, nunca imaginaron que quien se había convertido en el héroe de su familia y quien luchaba por salvar vidas ahora estuviera muerto.
Wilson de Jesús tenía 37 años, se había casado hace un año con la mujer con la que vivió durante los últimos ocho y con ella tenía dos hijas, una de siete y otra de cuatro, a quienes según sus conocidos, “adoraba más que a su vida”.
Su hermana Mayor, Sandra Martínez, señala que los recuerdo más grandes que tiene de su hermano son de él pequeño jugando a ser soldado y admirando a todos los miembros del Ejército, quienes desde muy niño se convirtieron en su ejemplo a seguir.
“Tenía claro lo que quería ser y luchó por conseguirlo, apenas salió del colegio dijo: quiero ser un soldado de Colombia y así lo hizo. Sé que le faltaron muchas metas por cumplir, pero el sueño de portar ese uniforme y de servir a su patria lo cumplió y murió en su sueño”, dice su hermana.
El principio de su carrera se dio en Coveñas, de allí fue trasladado al departamento del Meta, donde fue víctima en una ocasión de un atentado terrorista perpetrado por las FARC, que le causó una fuerte lesión en una de sus manos, atentado que no fue motivo suficiente para abandonar el Ejército.
Luego de estar en el Meta fue seleccionado para iniciar una capacitación en desminado, desde entonces se movió por diferentes zonas del país entre cursos y acciones de erradicación de estas trampas.
Así permaneció durante los últimos nueve años, hasta cuando fue notificado que había sido seleccionado para el proyecto de desminado que se iniciaría en conjunto con las Farc, noticia que según su familia lo alegró mucho por pensar que sus acciones podrían cambiar la historia del país.
Sin embargo, pese al dolor que esta devastadora noticia causó en su hogar, su hermana Sandra, hoy, sabe que donde quiera que esté su hermano debe estar feliz de saber que aunque han habido muchos colombianos que murieron por minas, su caso hoy es distinto.
Recuerda Sandra que la convicción de su hermano era tal que aunque era muy reservado siempre mantuvo informada a su mamá de cada uno de sus movimientos para que estuviera siempre preparada para lo peor, “porque sabía que lo que pasó le pudo pasar en cualquier momento”.
“Aunque temía que mi mamá le insistiera que se saliera y no pudiera cumplir sus sueño, siempre fue honesto con ella, porque quería que siempre supiera la verdad, le mostraba siempre los diplomas de los cursos que hacía, las cosas que le pasaban a sus compañero y demás para que ella supiera todo”, recuerda Sandra.
Así mismo, asegura darle gracias a Dios por la vida que le permitió a Wilson, porque sabe que este hecho, aunque devastador, fue voluntad de Dios y que cumplió su misión, tanto como soldado de Colombia como padre, esposo, hermano e hijo.
“Siempre fue un gran esposo y padre, nunca dejó de estar pendiente de su hogar aunque estuviera lejos, siempre llamaba y preguntaba dónde y qué estaban haciendo las niñas. De hecho, minutos antes de que falleciera habló con su esposa y pregunto por sus hijas y se despidió”, agrega.
Entre tanto, aunque es consiente que el país no tiene memoria y lo olvidará en poco tiempo, le satisface saber que para ella y toda su familia su hermano es un héroe, porque siempre quiso poder acabar con los explosivos que le quitaron la vida a tantos de sus amigos y que “cumplió su sueño de ser soldado antiminas y de salvar muchas vidas, porque aunque nunca soñó morir, fue quien alertó sobre las posibles fallas de este proceso salvando así tantas vidas como siempre quiso”.
“Hoy de lo que estoy segura es que mi hermano solo desea que este plan funcione y las minas se acaben para evitar que un niño, un campesino o alguien más, mueran así como él e impedir que este dolor que hoy sentimos lo sientan más familias”.
Proyecto de desminado en El Orejón
El Orejón es la zona en la que se desarrolla el proyecto piloto de desminado con las Farc y el Ejército, que busca en primera medida descontaminar cuatro áreas peligrosas del país por la presencia de estos explosivos que suman aproximadamente 12 mil metros cuadrados.
Este trabajo se desarrolla mediante técnica manual y cuenta con la verificación de caninos entrenados por la ONG Ayuda Popular Noruega e inició oficialmente al lunes 13 de julio, cuando se despejaron 360 metros cuadrados y se destruyeron 4 minas antipersonal, localizadas en área de Chiri 2 y Alto del Capitán.
Este trabajo es realizado por una delegación de Gobierno y trabajo comunitario entre miembros del Batallón de Desminado Humanitario (Bides) y líderes de la vereda para coordinar acciones y procedimientos en materia logística, atención médica y seguridad en el territorio.
Los representantes del Gobierno Nacional, delegados de las Farc y de Ayuda Popular Noruega (APN) coordinan protocolos técnicos y operacionales para continuar este proceso de descontaminación que es producto del Acuerdo con el grupo guerrillero de las Farc, para facilitar la movilidad de la comunidad en riesgo y permitir la restauración de derechos de las comunidades en términos de movilidad, esparcimiento, acceso a vías terrestres y uso productivo de la tierra.
Al respecto, la Dirección para la Acción Integral contra Minas Antipersonal se pronunció lamentando lo sucedido con el soldado que perdió la vida en este proceso y aseguró que confía en que el desescalamiento conjunto anunciado por el Gobierno y las Farc pueda llevar alivio a las comunidades más afectadas por el conflicto.
“La oportunidad de terminar el conflicto está viva. No podemos perder la oportunidad de dar por terminado el más largo conflicto interno del hemisferio occidental. Hagámoslo por las víctimas. Hagámoslo para nuestros hijos y nietos. Es una responsabilidad de nuestra generación”, señaló la institución.
Así mismo, agregó que los colombianos necesitan hechos de paz para recuperar la confianza en el proceso y que pese a lo ocurrido que deja muy triste al país, eso es lo que está ocurriendo en El Orejón.
Logros alcanzados
- San Carlos y San Francisco (Antioquia), son ahora municipios libres de sospecha de contaminación por minas antipersonal.
- El Batallón de Desminado Humanitario adelanta operaciones en Cocorná y Granada. Por su parte, la organización civil acreditada en Colombia, The Halo Trust, realiza actividades de Desminado Humanitario en Nariño, El Carmen de Viboral, La Unión, San Rafael y Sonsón, en Antioquia.
- Fortalecimiento de los grupos EXDE o MARTE para el desminado de emergencia en la zona de influencia del Plan Integral Hidroeléctrica Ituango con elementos de detección, protección y destrucción de minas. (Recursos por 800 millones de pesos).
- 223 talleres de educación en el riesgo de minas y comportamientos seguros. 6.574 personas adquieren conocimientos para gestionar el riesgo por artefactos explosivos improvisados.