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¿Cómo será el gabinete de la recta final?

  • EL gabinete del postconflicto de Santos. FOTO COLPRENSA
    EL gabinete del postconflicto de Santos. FOTO COLPRENSA
21 de mayo de 2017
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Este viernes se hizo oficial la renuncia del embajador de Colombia en Estados Unidos, Juan Carlos Pinzón, y se sigue a la expectativa de quien renunciará en los próximos días, pues el 27 de mayo termina el plazo para que los funcionarios que deseen ser candidatos en 2018 salgan del Gobierno.

El presidente Juan Manuel Santos se ha mostrado abierto a esas renuncias y, de hecho, siempre ha llamado para que se den pronto y él pueda nombrar a los que les siguen, pero quizás, tras la última decisión de la Corte Constitucional frente al Fast Track, la actitud del mandatario cambie ante la que sería la salida del ministro del Interior, Juan Fernando Cristo.

La decisión del alto tribunal no elimina el Fast Track, pero sí le quitó apartes que evitaban que se modificaran las iniciativas que implementan los acuerdos de paz sin el aval del Gobierno, y quita la regla de que se vote el articulado en bloque. Es decir, se vuelve más lento el proceso, porque se abre la puerta a un extenso debate.

Cristo ha sido quien ha llevado las mayorías políticas a decirle sí a las iniciativas presentadas, pero incluso con el Fast Track, tal y como se creó, había problemas y por ello varias de las iniciativas fueron aprobadas por dos votos de diferencia. Es decir, ante el nuevo escenario se necesita más fuerza que nunca.

Él, ha dicho al respecto, que será una decisión que tomen en conjunto con el presidente Santos, y que las iniciativas que le daban seguridad jurídica a lo acordado ya están aprobadas, sin embargo, queda entre los pendientes la reglamentación de la Jurisdicción Especial para la Paz, que es base fundamental de lo acordado.

Para Sergio Ángel Baquero, profesor de la Universidad Sergio Arboleda, la decisión de la Corte fue adecuada, y las preocupaciones del ministro giran en otro sentido.

“La preocupación del ministro del Interior surge entorno a que él todavía no ha decidido si está fungiendo como candidato o como ministro. De todas formas, la renuncia de Cristo no solo obedece al tiempo para que los ministros que próximamente quieran ser candidatos a cualquier corporación pública o cargo de elección popular se acabe, sino porque no quiere inhabilitar a su hermano Andrés Cristo, que próximamente podría estar en campaña para el Senado de 2018”, dice Baquero.

Si es así, y finalmente la otra semana el jefe de la cartera política, que logró sacar adelanta iniciativas del proceso de paz, las herramientas especiales para la implementación y otros proyectos, se iría y su reemplazo, dice el analista político John Mario González, tiene que ser respetado por el Congreso, por ejemplo, dice el actual Alto Consejero para el Posconflicto, Rafael Pardo, o Alfonso Gómez Méndez.

Claro que desde la perspectiva de González, la decisión de la Corte no es la razón que posiblemente evitaría la renuncia de Cristo, sino más bien una razón menos.

“Yo creo que cualquier candidato si es de origen gubernamental, digamos, está muy identificado con el gobierno Santos, tiene un gran problema airear exitosamente su candidatura, y sobre todo cuando se trata de figuras no suficientemente conocidas o poco conocidas como el mismo Juan Carlos Pinzón e Iragorri, por ejemplo”, dice González.

Baquero coincide con González en el posible reemplazo de Cristo en un nombre: Rafael Pardo, aunque incluye como otras posibilidades a Guillermo Rivera y al exembajador Gabriel Silva Luján.

Pero qué podría pasar con la Alta Consejería del Posconflicto, dice Baquero: “Desde que se creó ha sido el consejero, cuatro asesores, y un presupuesto que no ha tenido cabida dentro de la arquitectura del gobierno, de la misma forma esta consejería podría pasar como una dirección al Ministerio del Interior a cargo del mismo Pardo”.

Pero no todos pondrían a Silva Luján como reemplazo de Cristo, sino de Juan Carlos Pinzón, dado a que conoce el ambiente y puede seguir trabajando para que se siga en el apoyo de paz, pero ahí vuelven las especulaciones y surgen otros nombres.

“Yo creo que el espacio en Estados unidos está despejado, pudiera ser que volviera el mismo Luis Carlos Villegas, que ya fue embajador en Washington, ya sabe cómo funciona allá y ha estado cerca del tema de fumigación de cultivos ilícitos, pero digamos que la agenda de Washington no está complicada”, dice González.

Y sí queda una agenda construida, porque al menos el presidente Santos, al aceptar su carta de renuncia, resaltó que él superó las expectativas de lo que se hizo con la reunión del presidente Donald Trump, y con el apoyo al proceso de paz, por lo cual dijo el mandatario, cerró su gestión ‘con broche de oro’.

Sin embargo, frente al nuevo embajador, Baquero sí cree que se necesita a alguien audaz, más por el fallo de la Corte Constitucional.

“El rol del próximo embajador tiene que hacer todo en torno a asegurar el último tramo de culminación del proceso de paz. El fallo de la Corte Constitucional, si bien no pone en aprietos como se ha dicho, si relentiza los tiempos de la paz, porque no solo permite la deliberación de cada uno de los puntos del articulado, sino que ya no permite que las iniciativas sean votadas en bloque. En esa medida, la labor del embajador es lograr ese puente entre el gobierno colombiano y norteamericano para seguir con una sola idea: la implementación y consolidación del proceso de paz con las Farc”, afirma Baquero..

¿Se irán?

Pero también continúa la expectativa por otros ministros, como el de la cartera de Agricultura, Aurelio Iragorri. El rumor de que se va se generó hace mucho tiempo aunque ahora con la polémica por la Ley de Tierras ha dejado, parece, el tema de lado. Baquero, sin embargo, afirma que posiblemente, si se va, y el director de la Unidad de Restitución de Tierras, Ricardo Sabogal, sería su reemplazo.

Pero también hablan de otro, el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas. El ministro ha trabajado muy de cerca el proceso de paz, ha colaborado con el trabajo de transformación de la Fuerza Pública de cara al posconflicto, y lideró la reconstrucción de Mocoa tras la avalancha del 1 de abril de este año, entre otras cosas.

Esa última actividad, dice Baquero, “generó una distancia con Palacio y los últimos rumores es que Santos y Villegas no han tenido las mejores relaciones últimamente”. Su reemplazo, para él, sería Alfonso Gómez Méndez, que más que nada tendría que trabajar por la transformación de la Fuerza Pública que se viene adelantando de cara al proceso de paz.

El gabinete de la recta final

La pregunta que sigue es si tras estas firmas no habrán más cambios. Baquero espera que no se produzcan por el bien de la continuidad de las políticas que lleva el gobierno. Y si no hay cambios, la ministra de Cultura, Mariana Garcés, y la canciller, María Ángela Holguín, serán quizás, las que terminen su trabajo solo hasta cuando el presidente Santos termine su mandato.

Sobre Holguín, dice Baquero, “ha sido partícipe de toda la relación Colombia – Estados Unidos, y no caería muy bien que en la recta final se haga un cambio de la persona que articula precisamente esta relación. Es probable que la canciller Holguín continúe su trabajo hasta el final”.

A ese top de los ministros que más tiempo llevan también se suma el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, que se sabe, ha intentado renunciar más de una vez y el presidente Santos no lo ha dejado ir. Y ministros como el de Hacienda, Mauricio Cárdenas, que está desde el 2012 y sobre quien también se ha llegado a hablar de su salida.

Con ellos, y ahora con la nueva ministra Griselda Restrepo –quien reemplaza a Clara López-; con el ministro de Justicia, Enrique Gil Botero –quien reemplaza a Jorge Eduardo Londoño; y el nuevo director del DNP, Luis Fernando Mejía –quien reemplaza a Simón Gaviria-, y el vicepresidente, general Óscar Naranjo, se conformaría el gabinete de la fase final del gobierno Santos.

Es un gabinete para sobreaguar y terminar la tarea, pero no lo veo como un gabinete que pueda cambiarle la suerte política al presidente Santos, exceptuando unos pocos casos no hay figuras descollantes”, dice González.

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