<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

Duque, el presidente que nadie vio venir

Su discurso giró sobre tres ejes: la unidad nacional, las modificaciones al Acuerdo con las Farc y la reforma a la justicia.

¿Cómo una persona de 41 años, con 4 años en política electoral, logró lo que ha muchos les costó décadas?

  • Igual a lo que repitió durante toda su larga campaña presidencial, Duque dijo que no gobernará con odios ni espejo retrovisor. FOTOS Manuel saldarriaga
    Igual a lo que repitió durante toda su larga campaña presidencial, Duque dijo que no gobernará con odios ni espejo retrovisor. FOTOS Manuel saldarriaga
  • En la mañana, Duque se reunió con los medios de comunicación en Bogotá minutos después de sufragar.
    En la mañana, Duque se reunió con los medios de comunicación en Bogotá minutos después de sufragar.
  • Iván Duque permitió que una de sus hijas depositara su voto en la urna del Instituto Pedagógico Nacional.
    Iván Duque permitió que una de sus hijas depositara su voto en la urna del Instituto Pedagógico Nacional.
  • Asistentes a la celebración del triunfo que tuvo lugar en el Cubo de Colsubsidio en Bogotá.
    Asistentes a la celebración del triunfo que tuvo lugar en el Cubo de Colsubsidio en Bogotá.
  • La primera mujer vicepresidente de Colombia, Marta Lucía Ramírez, quien hizo presencia en la tarima.
    La primera mujer vicepresidente de Colombia, Marta Lucía Ramírez, quien hizo presencia en la tarima.
  • Resultados electorales proyectados en la pantalla principal de la sede de celebración de la campaña.
    Resultados electorales proyectados en la pantalla principal de la sede de celebración de la campaña.
18 de junio de 2018
bookmark

Unos veinte minutos antes de que el presidente electo, Iván Duque, subiera a la tarima dispuesta en el Cubo de Colsubsidios, en Bogotá, donde los esperaban cientos de simpatizantes desde las 3:00 pm, una de sus asistentes ubicó un par de hojas manuscritas sobre el atril.

El nuevo mandatario nunca fijó su mirada sobre sus letras. Hizo primero su aparición la vicepresidente electa, Marta Lucía Ramírez, acompañada de su familia. Minutos después, en medio de la euforia apareció Duque, con su mamá, Juliana Márquez y con la nueva primera dama, la también abogada María Juliana Ruiz, y sus tres hijos, Luciana, Eloisa y Matías.

A los niños los ubicaron en sillas de plástico, y se quedaron ahí durante todo el discurso de su papá, que antes de empezar a hablar recibió un par de golpecillos en el pecho de Luis Guillermo Echeverri, “luigi”, su gerente de campaña, que podrían traducirse en un: “se lo dije”... Ese abrazo fue el preámbulo.

Duque dijo que su tarea no era ganar la Presidencia, sino superar los odios y unificar al país, para sacar adelante las reformas que planteó en su programa de gobierno, ‘Construyendo futuro’, en temáticas como emprendimiento, legalidad, salud y equidad.

Estaba escoltado por una veintena de integrantes de su equipo primario. No obstante, en la tarde si estuvieron en el recinto varios dirigentes y políticos, como el excandidato Óscar Iván Zuluaga.

Hasta el final hicieron presencia, pero desde las gradas el exprecandidato Alejandro Ordóñez y varios congresistas de diferentes partidos, especialmente del Centro Democrático, el Conservador y el MIRA.

El expresidente Álvaro Uribe, su mentor, escuchó las palabras de su pupilo desde su finca en Rionegro. “Ni Duquismo ni Petrismo, ahora vamos a trabajar unidos por Colombia”, fue una de las frases que más aplausos generó. Antes de su llegada, la logística pidió a los asistentes no saltar, porque el piso se movía.

Los principales mensajes

El nuevo presidente de Colombia deja tres grandes mensajes: el primero es que será un gobierno de gente joven, con el objetivo de unir al país. “Usó una anáfora (repetición) indicativa: construcción, reconciliación, y sin mirar hacia atrás. Con esto enmarca su estilo de no revanchas y superar la polarización”, explicó Nury Gómez, politóloga de la U. Nacional y especialista en Comunicación Política de la U Eafit.

Agregó que, lo segundo, es que le quitó ejes de campaña a Petro, en reiterar la lucha contra la corrupción, la búsqueda de sostenibilidad ambiental y el compromiso con una reforma rural. El tercer punto, dejó claro que se moverá entorno a la legalidad y la justicia social, con una promesa de no hacer trizas el Acuerdo de paz con la Farc, sino de buscar seguridad y concretar justicia, reparación y no repetición.

“Llama la atención que no mencionó ni llamó al diálogo a Gustavo Petro y el poco agradecimiento a quienes lo apoyaron en segunda vuelta. Interesante el ‘olvido’ de Cambio Radical y apoyos de La U, César Gaviria y el liberalismo (...) fue un discurso ceremonial, pausado y ensayando, con voz calmada, pausas amplias y frases cortadas. Esto se hace con la intención de dejar claridad en que él tomará las decisiones”.

Entretanto, Liliana Gómez, docente de la Maestría en Comunicación Política de la U. Externado, dijo que Duque enfatizó en su discurso en que es él el presidente que ha tenido la más alta votación de la historia, para restar importancia en su falta de experiencia y para mostrar que tiene gobernabilidad. “Insistió en que será un presidente de la unión, que hará que en Colombia quepamos todos”.

Añadió que fue importante que habló de cuidar a los guerrilleros rasos que, según él, tendrán en su gobierno todas las condiciones para su desmovilización y reincorporación. Sin embargo, insistió en que habrá cambios en la implementación de Acuerdo de La Habana.

“Hizo anuncios importantes, como que cuidará el medio ambiente y asegurará educación universitaria gratuita para estratos 1 y 2. Fue un discurso conciliador y esperanzador, de alguien que quiere enviar un mensaje de tranquilidad. Igual hay que esperar porque él dijo que un presidente no hace milagros”, precisó Gómez.

Reto: la gobernabilidad

En el fondo, el presidente electo, en palabras de Jaime Carrión, docente del área de Partidos Políticos de la U. Nacional, sede Medellín, dejó ver fuertes pretensiones de gobernabilidad y gobernanza. Con apropiación del discurso de otros candidatos, incluso de aquellos que han manifestado su más férrea oposición.

“Su estrategia inicial parece recoger los temas fuertes de sus contrincantes: sostenibilidad ambiental, clase media rural, corrupción y educación gratuita. Sorprendió que la reforma al Acuerdo no fuera dominante en su discurso”,

En contraposición Luis Trejos, docente de Ciencia Política de la U. de Norte, dijo que ganaron los gremios económicos, que recibirán beneficios tributarios, y las maquinarias regionales, “que concentraron sus esfuerzos en un solo candidato y por eso mantendrán sus cuotas”.

Su primer viaje oficial, una vez tome posesión, será a San Andrés y, al día siguiente se desplazará a Tibú, en el Catatumbo. Dos mensajes de unidad, soberanía nacional y lucha desde el primer momento contra la inseguridad.

La aparición pública de Duque en el escenario pudo ocurrir antes, en 2010. Hizo aportes para el programa de Gobierno del candidato Juan Manuel Santos, y cuando este quedó electo, bajo las banderas de la Seguridad Democrática, estuvo en el sonajero para ocupar la cartera de Cultura, pero las intrigas bloquearon esa posibilidad.

En ese momento era el jefe más joven de la División de Cultura, Creatividad y Solidaridad del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), donde llegó en 2001 como asesor, recomendado por el ministro de Hacienda, Santos, quien también o tuvo como consultor.

Tuvo que esperar cuatro años más para su epifanía en la política electoral nacional. Pero ese tiempo no fue en vano: logró estrechar su relación humana e ideológica con el expresidente Álvaro Uribe, quien por esos días estaba en Estados Unidos en foros y conferencias.

“Ayúdate que yo te ayudaré”

En agosto de 2010 la ONU creó un comité internacional compuesto por cuatro personas, entre ellas el expresidente Uribe, para que investigaran el ataque israelí contra una flotilla de ayuda a Gaza, que dejó nueve muertos. Uribe, que ya tenía muy buenas referencias de Duque, le pidió que fuera su asesor.

Al tiempo se convirtió en su asistente profesoral en varias universidades norteamericanas. Pese a su cercanía con Santos, prefirió quedarse de lado de Uribe, cuando ambos líderes rompieron cobijas.

Según el senador José Obdulio Gaviria, en ese lapso se formó una estrecha relación de colaboración entre ambos, tanto profesional como política, por los encuentros en ideas liberales y democráticas. “La primera gran discusión sobre la creación del Puro Centro Democrático, como se denominó al inicio, se hizo en Estados Unidos, en 2012”.

Gaviria, quien fue junto al representante por Antioquia, Federico Hoyos, de los primeros en empezar a ventilar una posible candidatura de Duque, desde finales de 2015, recordó que lo conoció en 1997, cuando el Instituto de Estudios Liberales de Antioquia lo invitó a organizar la constituyente liberal, para intentar salvar al partido de los efectos del proceso 8.000. “Desde ese momento se percibía de cultura extensa y pensamiento liberal. Hablaba de los grandes pensadores europeos y norteamericanos. Cualquiera que tuviera contacto con él captaba esa profundidad intelectual”.

En el BID también conoció a una persona clave en su futuro político: Luis Guillermo Echeverri, hijo de Fabio Echeverri, mecenas de Uribe y director ejecutivo designado por el entonces presidente Uribe y quien ahora es su gerente de campaña. Desde ese organismo, donde estuvo hasta el 2013, conoció no solo a los dirigentes del uribismo sino a empresarios y políticos de todo el país, porque las romerías aumentaron en Washington D. C. ante la firma de los tratados de libre comercio.

La epifanía política de Duque

Para los cercanos a Uribe no fue una sorpresa cuando, en 2014, Uribe invitó a Duque a ser parte de la lista cerrado del Senado que él encabezaría, y en la casilla séptima, que le garantizaba su curul. No tenía duda de su potencial, capacidad y proyección política. Otros sectores cuestionaron la buena ubicación de una persona tan joven y desconocida en las lides políticas.

Duque no pudo estar presente en muchas de las actividades de la campaña, entre otras cosas, porque estaba entregando su cargo en el BID. Muchos de sus compañeros de bancada lo conocieron previo al 20 de julio, cuando se reunieron todos los congresistas electos a definir en qué comisión estaría cada uno.

Un detalle no menos importante es que Uribe ubicó a Duque al lado izquierdo de su curul, es decir, a las derecha para las audiencias. Eso le permitió tener mayor visibilidad mediática. Pero el impacto en la opinión y los medios no sería tal si no hubiera estado acompañado de una tarea legislativa rigurosa.

El representante Hoyos afirmó que Iván, como lo llaman sus compañeros, conformó una unidad legislativa muy técnica, que siempre le mantenían en carpetas con proyectos, información de cada debate, cifras y datos actualizados del Banco de la República, de Fedesarrollo, que ayudaron a robustecer los debates que empezó a protagonizar. Incluso, los asesores del Ministerio de Hacienda se sorprendían de que un abogado dominara asuntos económicos del país con tanta profundidad, pero ese también era el reflejo de dos maestrías en EE. UU.

“En 2015 me sugirió que hiciera en la Comisión Segunda un debate sobre la llegada de los venezolanos. Tuvo la capacidad de adelantarse a lo que hoy estamos viviendo. Fue clave en la mitigación de efectos negativos del TLC con Corea. Se lució en los debates de la reforma tributaria, pues advirtió los efectos del aumento de 3 puntos del IVA. Alertó por el aumento de deuda en cuenta corriente y el crecimiento del gasto público. Sacó 5 leyes adelante, estando en oposición”.

Se volvió invitado habitual en espacios de debate, entrevistas y foros. Al tiempo, Duque mantenía la disciplina semanal de escribir, él mismo, no sus asesores, las columnas de opinión para los diarios Portafolio y EL COLOMBIANO.

El plebiscito y su consagración

El 20 de agosto de 2016 el Congreso autorizó al presidente Santos convocar al plebiscito con el cual se pretendía refrendar el Acuerdo al que se llegara en La Habana. Ante lo desventajoso que resultaba dar ese pelea contra el aparato oficial, institucional y mediático, con un umbral a la medida y una pregunta sugerente, tomó fuerza en un sector del Centro Democrático la posibilidad de no participar en el proceso.

Pero en un cónclave de bancada, donde todos expusieron sus argumentos, el senador Duque defendió la necesidad de que el partido hiciera una campaña responsable por el No. Y esa posición se impuso en la votación interna. Desde ese momento se convirtió en uno de los jefes de debate más importantes de esa campaña y le inyectó argumentos económicos y jurídicos.

En la revisión de constitucionalidad del plebiscito, Duque participó en la audiencia pública y alegó vicios procedimentales y sus implicaciones legales. No obstante, la Sala Plena le dio el visto bueno el 19 de julio de 2017, eso sí, dejando claro que no se votaría por la paz, sino por el fin del conflicto con la Farc.

Pese a todo, estaba tan seguro del poder de los argumentos del No, como luego lo estaría de su candidatura, que fue de los pocos dirigentes de ese sector que, en la recta final de la campaña, cuando en todas las encuestas el Sí ganaba por mucha ventaja, decía públicamente que el No ganaría, aunque por estrecho margen, como efectivamente ocurrió el 2 de octubre de 2016.

Su precandidatura ya estaba tomando forma y su visto bueno se lo confirmó al país el expresidente Uribe, de manera implícita, cuando lo nombró como uno de los tres voceros de su partido para la renegociación del Acuerdo, junto a Óscar Iván Zuluaga y Carlos H. Trujillo.

Con la firma del nuevo Acuerdo en el Teatro Colón y su posterior refrendación en el Congreso, pese al rechazo de la oposición, no culminó el papel de Duque. Presentó una demanda ante la Corte Constitucional contra el fast track (vía rápida) aprobado para la implementación legislativa, que fue fallada en mayo de 2017 y obligó al Congreso a votar punto por punto los proyectos, y no en bloque, como se disponía.

¿El relevo o el sucesor?

La vocería del No y el control político en el Congreso los alternó con su precandidatura, que se empezó a ventilar en su círculo más cercano a finales de 2015, pero que para la gran mayoría de congresistas, fieles a Zuluaga, era una carrera imposible, porque no tenía base electoral ni estructura política.

Desde dos frentes empezaron a promocionarlo: un grupo de empresarios liderados por Fabio Echeverri, mecenas de Uribe y jefe de debate de su reelección, su hijo Luis Guillermo y la Alicia Arango, exsecretaria privada de la Casa de Nariño en la era Uribe. En el otro plano estaba el Centro de Pensamiento Primero Colombia.

Empezó a realizar unos talleres bautizados ‘construyendo país’. Iba y venía silencioso por diferentes ciudades. No tenía cámaras encima, lo esperaban un par de amigos y ellos mismos lo presentaban ante auditorios pequeños, de máximo 20 personas. Durante 2016 recolectó 5.600 propuestas ciudadanas y, en 2017, con ese insumo escribió dos libros y construyó, un año más tarde, su programa de gobierno.

Pensar que delante de él estaban dirigentes de la talla de Zuluaga, Trujillo y Luis Alfredo Ramos hacía inviable su aspiración, pero hace año y medio le dijo a este diario que no lideraba una campaña improvisada y no buscaba otro cargo.

Ante la polvareda que se armó en julio de 2017, cuando Uribe dijo en Twitter que Daniel Samper era un violador de niños, Duque fue el único alfil del uribismo que no salió en defensa del expresidente. Eso fue aprovechado para que secanos al exmandatario le pidieran que no se fiase del senador, pero este se hizo el de la vista gorda.

Los dos presidenciables no pudieron entrar en la carrera, el primero por el riesgo que se corría con el entramado de Odebrecht vivo, y al segundo porque la Corte Suprema no definió su situación jurídica. Lo primero también le hizo sombra a Duque, porque se conoció que participó en una reunión en Brasil en 2010 con Zuluaga y el publicista ‘Duda’ Mendonça, pero apagó ese incendio porque afirmó que su desplazamiento lo pagó la campaña y nunca se reunión con esa empresa.

Superado ese asunto, empezó a recibir ataque fuertes de varios de sus copartidarios por posturas del pasado frente a temas morales y de coyuntura del país, especialmente del exministro Fernando Londoño, quien lo acusó de ser un “santista camuflado” “mozalbete inteligentón” e, incluso, le sugirió que, si era consecuente, se presentara como candidato independiente. Duque nunca entró en controversias.

Tenía claro que si el mecanismo de elección era una convención, su posibilidades de ser nominado se reducían, y por eso pidió por una consulta abierta. Como ya venía en marcha la alianza entre Uribe, el expresidente Andrés Pastrana y el exprocurador Alejandro Ordóñez, en octubre pasado los precandidatos acordaron que la selección se hiciera a través de encuestas y que quien saliera elegido entraría a consulta en marzo con otros sectores afines.

En la precampaña hubo un momento crítico, en noviembre, por el roce que se presentó con el precandidato Rafael Nieto, por un trino de Duque sobre el agro, que este tuvo que salir a aclarar. No obstante, En las tres mediciones el senador salió en primer lugar en intención de voto. La final se hizo entre el 6 y el 9 de diciembre del año pasado. Obtuvo el 29% de favorabilidad, seguido por Trujillo y Nieto con el 20 %.

Pero eso no fue suficiente. En la medición de Yanhaas del 22 de diciembre pasado, publicada por este diario, quedó de cuarto, con el 6 % entre todos los demás precandidatos. Hasta enero, algunos dirigentes de su partido, insinuaron que había que pensar en el país y que Marta Lucía Ramírez era una buena opción. Ahí siempre aparecía el senador Gaviria como escudo.

Duque no movió en milímetro de su postura inicial y aunque la consulta estuvo a punto de morir porque Ramírez prefería la encuesta y Pastrana no quería a Ordóñez, Uribe logró tirar línea y los tres se matricularon para la consulta del 11 de marzo. Previo a ese momento el expresidente le levantó la mano y lo presentó en múltiples escenarios.

Poco a poco los dirigentes de su partido fueron rodeándolo en la etapa final de la consulta, y se unifico completamente cuando salió victorioso con 4’031.296. Según Gaviria, en la campaña de la consulta Duque logró conectarse con la gente y, luego de la consulta, alzó vuelo propio, tanto que prefirió prescindir muchas veces de su mentor. Hoy empieza su propia historia.

Te puede interesar

El empleo que busca está a un clic

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD