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Con la implementación del Acuerdo de paz en etapa definitiva, una percepción que no ayuda y en ambiente prelectoral, a un año de la elección de su sucesor, el presidente, Juan Manuel Santos, tiene en las manos libertad completa para reorganizar sus fichas tras la renuncia protocolaria de todo su gabinete.
Será una baraja difícil de armar por la cantidad de variables que se tienen que equilibrar, pues así como deberá traer funcionarios fuertes para llevar a buen puerto los proyectos del Gobierno en un ambiente de austeridad económica, también tendrá que repartir sus alfiles para concretar las acciones de su administración en las regiones más apartadas y, así, garantizar la continuidad de sus políticas en el próximo mandato.
No obstante, es clave anotar que una renuncia protocolaria no implica el cambio de todos los funcionarios. Por ahora hay claridad sobre la salida del ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, quien iría a dirigir el Partido de La U por petición directa de Santos.
Menos claro, aunque todo lleva hacia allá, está la salida de los ministros de Transporte, Jorge Rojas; de Defensa, Luis Carlos Villegas; de Comercio, María Claudia Lacouture y de la canciller, María Ángela Holguín.
Además, hay funcionarios con poco tiempo en su cargo como los ministros de Educación, Ambiente, Justicia, Trabajo e Interior, quienes no se moverían de sus puestos.
Al margen de los nombres que puedan llegar, expertos coinciden en que este es un momento en el que Santos necesita rodearse de un gabinete más cercano a la paz y a los congresistas.
“Tendrán que contar con alianzas en el Congreso, que es más difícil hoy porque hay muchas resistencias al Gobierno. También deberá apostar, fuertemente, a gente involucrada en la implementación del Acuerdo, para evitar diferencias con las Farc”, consideró Rubén Sánchez, docente de Ciencia Política de la Universidad del Rosario.
Por eso, el mismo ministro del Interior, Guillermo Rivera, quien es uno de los que probablemente se mantendrá, argumentó que “este es un momento definitivo para la implementación con éxito del Acuerdo de paz”.
Asimismo, el representante y expresidente de la Cámara, Hernán Penagos, manifestó que el nuevo gabinete tendrá que “emplearse a fondo en el Congreso si quiere sacar adelante las iniciativas, así que tendrá que nombrar a unos ministros que cumplan esos propósitos y pongan a marchar las tareas relacionadas con la paz”.
Sánchez recalcó que es natural que en el último año de gobierno salgan algunos funcionarios activos durante todo el periodo Santos. Aseveró que la política está muy personalizada y no hay partidos agrupados en torno a liderazgos.
Ejemplo de ello está en tradicionales escuderos, hoy en plena pugna electoral, como Juan Fernando Cristo y Humberto de la Calle. O antiguos aliados que se han alejado de la línea de Gobierno como el caso del exministro Juan Carlos Pinzón o el mismo exvicepresidente Germán Vargas. Es de anotar que la más reciente salida del Gobierno fue la de la ministra de Trabajo, Clara López, el 5 de mayo.
Para el senador Armando Benedetti este último año apuntará a ser político “y el presidente se la tendrá que jugar toda, por eso debe haber una nueva coalición de Unidad Nacional”.