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Reforma modifica relación entre los poderes del Estado
La prohibición de la reelección presidencial y la creación de la Comisión de Aforados son algunos de los puntos más importantes de la iniciativa.
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10 de junio de 2015
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Más de nueve meses y ocho debates le tomó al Congreso de la República aprobar los casi 30 artículos contemplados en el texto de la reforma de equilibrio de poderes, una iniciativa legislativa de origen oficialista en la que el Gobierno Nacional invirtió buena parte de su capital político para lograr su aprobación.
La eliminación de la reelección presidencial, la supresión del Consejo Superior de la Judicatura, la prohibición de la denominada “puerta giratoria en la rama judicial”, la creación de una Comisión de Aforados en reemplazo de la Comisión de Acusación de la Cámara, y la ampliación de la “silla vacía” a delitos de corrupción, hacen parte de algunas de las novedades de la reforma.
Precisamente, debido a la cantidad de intereses que tocaba, el trámite del proyecto estuvo marcado por el apetito burocrático de los legisladores, las denuncias sobre la inclusión de supuestos micos, y la constante oposición de algunos sectores de la rama judicial que, incluso, llegaron a sugerir, en tono desafiante, que una vez aprobada, la reforma se hundiría en los estrados por vicios en su procedimiento.
Sin embargo, para el representante por Caldas, Hernán Penagos, quien a su vez fue el coordinador ponente de la iniciativa en esa corporación, a pesar de las dificultades que se tuvieron, el balance es positivo, pues “es una reforma que se ha mantenido más o menos homogénea y ha cumplido con todos los requisitos de carácter legal y constitucional”.
“Desde que llegó al Congreso la iniciativa ha tenido una columna vertebral que no se ha modificado y que tiene que ver con la eliminación de la reelección presidencial, del Consejo Superior de la Judicatura y de la Comisión de Acusación, por lo que los textos aprobados tanto en Senado como en Cámara son bastante similares y eso hará que la conciliación no sea tan dramática”, dijo Penagos.
Sabor agridulce
Por su parte, para la representante por la Alianza Verde, Angélica Lozano, la reforma dejó un sabor agridulce, pues si bien tiene aspectos destacables como la eliminación del juicio político en el Congreso, también se quedó corta en otras temas.
“Si lo que se quería era equilibrar los poderes, no se podía dejar de lado la organización electoral. Por ejemplo, el Consejo Nacional Electoral, es una copia calcada del poder político de los partidos y eso en una democracia seria no debería ser así”, agregó Lozano.
En ese mismo sentido fueron las declaraciones del representante por Antioquia del Centro Democrático, Federico Hoyos, quien aseguró que esta fue una reforma irresponsable que fue aprobada “atendiendo los intereses del actual Gobierno y no de la democracia”.
Para Hoyos, si el objetivo era eliminar la reelección presidencial, se pudo haber hecho con un proyecto más preciso, conciso y puntual, que evitara tocar tantos artículos de la Constitución y abriera la posibilidad de que le colgaran micos a la iniciativa, como lo intentaron hacer.
Además, Hoyos señaló que en el trámite del proyecto quedó en evidencia lo contradictorio que es el presidente Juan Manuel Santos. “Aquí vino el ministro del Interior a defender la posibilidad de que los congresistas pudieran ser nombrados ministros, poniendo como ejemplo lo que sucede en Estados Unidos, pero se les olvidó que la figura de la reelección, con la cual este gobierno se benefició, también funciona perfectamente allá, pero para eso no les parecía conveniente el ejemplo” .
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