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Cristina Pardo pasó los últimos seis años laborando como secretaría jurídica de la Presidencia, mientras tanto, Carlos Bernal desarrolló una fructífera carrera académica en derecho que lo llevó a trabajar en cargos docentes en Estados Unidos, Francia, Inglaterra y Australia, entre otros países.
Estos dos perfiles, distantes el uno del otro, fueron escogidos ayer por el Senado como los nuevos ocupantes de los escaños dejados por Jorge Pretelt y María Victoria Calle en la Corte Constitucional, máximo vigilante de la carta magna del país.
Los nuevos magistrados llegan en un momento en que este alto tribunal tiene un reto mayúsculo, con los ojos de todo el país encima, pues será el encargado de velar porque la aplicación del acuerdo de paz con las Farc no viole los límites de la Constitución.
“Vienen retos muy grandes en materia constitucional, porque son más o menos 50 leyes y 50 decretos los que tendrán que revisar en el marco de la implementación del Acuerdo”, aseguró el abogado, Juan Manuel Charry, experto en derecho constitucional.
Frente a ambos perfiles, aseguró que Bernal “es mucho más académico y se puede esperar de él avances en el derecho a la igualdad porque es muy estudiado en este tema”.
Mientras tanto, frente a Pardo, “uno podría inferir una cercanía al Gobierno y una defensa particular de la implementación de los acuerdos de páz, pero, sin embargo, son dos magistrados que se identifican con las líneas jurisprudenciales de la Corte, entonces no habría mayores cambios en esa línea”.
Justamente resaltó que por 13 años, Pardo fue magistrada auxiliar de esta misma entidad donde ahora tendrá un asiento en propiedad.
A su vez, el director del Observatorio Constitucional de la Universidad Libre, Jorge Kenneth Burbano, agregó que ahora que la Corte ya tiene a todos sus miembros en propiedad, debe ponerse “a tono” con el Acuerdo de Paz, aunque aclaró que esto “no significa que debe estar a favor o en contra, sino estar atenta a ceñirse a la carta magna y dirigirse a la búsqueda de la justicia y protección de la Constitución” en la implementación.
No obstante, aseguró que los perfiles académicos “son importantes en esta instancia, porque al no tener inclinaciones políticas se garantiza mayor independencia”.
“Los ciudadanos aspiramos que la Corte siga conservando la estabilidad y resuelva varios temas difíciles que se vienen para el país”, concluyó el jurista.
Conocida su cercanía al Gobierno, recién se confirmó su elección, Cristina Pardo admitió que en algunos temas referentes al acuerdo de paz deberá declararse impedida, dado que en su labor como secretaria jurídica de Presidencia estuvo vinculada a temas como por ejemplo el ‘Fast track’.
Para el caso de Carlos Bernal, hubo cuestionamientos por su condición de cristiano, lo que le valió el apoyo de la senadora liberal, Viviane Morales. Por ello, el nuevo magistrado salió al paso de los comentarios: “Yo soy un libre pensador, estudié en el Externado y defiendo las libertades... de eso se darán cuenta en la jurisprudencia. Un juez habla por sus sentencias”.
Sin embargo, más allá de toda polémica, se espera que estos nuevos magistrados sean protagonistas en la tarea de racionalizar los efectos económicos de los fallos de la Corte, dado que algunos de estos generan cambios administrativos que traen gastos no contemplados para el Estado.
La fecha en que ambos ocuparán sus asientos en la Corte dependerá de la agenda del presidente Juan Manuel Santos, que debe posesionarlos. Entre tanto, el alto tribunal continúa con sus funciones con normalidad.