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Mañana a partir de las 7 de la noche, en una sesión inédita, que hará que los congresistas sesionen un domingo, se decidirá si el gobierno del presidente Iván Duque acumula otra gran derrota política.
La reforma política, iniciativa con la que el Gobierno busca eliminar vicios políticos y atacar la corrupción electoral, tuvo otro revés ayer en el Senado que la dejó al borde del nocaut definitivo.
Cuando los senadores se disponían a votar la conciliación del proyecto, que la dejaría lista para la segunda vuelta legislativa a partir de marzo, miembros de la oposición abandonaron el recinto. Esto obligó al presidente del Congreso, Ernesto Macías, a convocar la sesión para mañana domingo a las 7 de la noche, hora inusual y último día de sesiones ordinarias.
El ambiente político para que la reforma pase es desalentador para el Gobierno. Mientras el liberalismo denunció presiones del ejecutivo, la reforma perdió su esencia tras la caída de las listas cerradas para regular la financiación de las campañas e incluso y, se le sumaron las voces del Centro Democrático, las cuales fueron críticas frente al desempeño de las ministras del Interior y de Justicia por falta de manejo político.
Pareciera que el daño está hecho, si la reforma se hunde será otro fracaso y si pasa, ya no contiene lo principal.