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El ministro de Justicia, Yesid Reyes Alvarado, defendió el giro que Colombia le ha dado recientemente a la política antidrogas, para decir que se debe debatir sin importar el disenso y asumir que “la salud pública, el desarrollo y los derechos humanos no pueden seguir ocupando un segundo lugar” en este campo.
El funcionario insistió en que el mundo se puede aferrar a la política actual esperando resultados, o seguir una senda de cambio que le permita aprender de los errores para realizar ajustes. Al respecto indicó que si bien Colombia no avanzará unilateralmente en el planteamiento de la necesidad de un cambio, “el Gobierno ha tomado decisiones difíciles pero que reafirman sus convicciones”.
Por ello hizo alusión a la decisión de suspender la fumigación con glifosato -uno de los pilares de la lucha contra las drogas- por sus potenciales efectos negativos en la salud y el medio ambiente.
Adicionalmente, se refirió al decreto en el que está trabajando el Ejecutivo para la regulación de la marihuana con fines medicinales y científicos. “La política de drogas ha comenzado y no tiene marcha atrás”, indicó, y añadió que “haremos muy poco si no logramos cambiar la condiciones de vulnerabilidad en las que se encuentran las comunidades impactadas por la economía ilegal de las drogas”.
El pronunciamiento lo hizo durante el Diálogo Internacional sobre Políticas de Drogas: Apoyando el Proceso hacia la Sesión Especial de la Asamblea General de la ONU, que se cumple en Cartagena.
Allí, el embajador de Suiza en Colombia, Kurt Kunz, coincidió en la urgencia de un cambio en los métodos, al señalar que “es tiempo de desarrollar políticas de drogas que pongan la salud y la seguridad de la gente. Suiza clama por una política basada en los derechos humanos y la salud, respaldada en evidencia científica” .