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¿Vive o trabaja en un edificio enfermo?

  • Si siente que su lugar de trabajo o vivienda en una edificación le puede causar problemas de salud, consulte con su médico. FOTO ARCHIVO - MARIO VALENCIA
    Si siente que su lugar de trabajo o vivienda en una edificación le puede causar problemas de salud, consulte con su médico. FOTO ARCHIVO - MARIO VALENCIA
21 de noviembre de 2015
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Aunque muchos no lo sepan, los edificios se enferman. Pero no se trata de grietas en las paredes, inclinaciones en las columnas o hundimientos en las lozas. Los síntomas en ellos no siempre son tan visibles, sino que quienes los manifestamos somos nosotros.

Se trata del síndrome del edificio enfermo. Esta problemática, causada por la mala ventilación, puede llevar a que padezcamos alergias de diversa índole hasta asma y rinitis.

También se sospecha que una edificación enferma puede ser la causante de algunos tipos de dermatitis así como infecciones de tipo respiratorio o enfermedades más graves como la tuberculosis. Este tema cobra importancia por el creciente número de personas que viven en edificaciones. Solo en la comuna 14 (El Poblado) Medellín el 92 por ciento de los habitantes reside en apartamentos.

¿Cuáles son los síntomas?

Aunque existen dificultades para definir lo que se denomina edificio enfermo y por síndrome del edificio enfermo, se entiende que son en los que el 20 por ciento o más de sus ocupantes presentan quejas referentes a su salud. Además, las causas son difíciles de identificar debido a que en muchos casos tienen un origen multifactorial.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), algunos de los síntomas que se pueden presentar son irritaciones de ojos, nariz y garganta; sensación de sequedad en membranas mucosas y piel; ronquera y respiración dificultosa. También erupciones cutáneas, comezón, náuseas, mareos, vértigos, dolor de cabeza, fatiga y una alta incidencia de infecciones respiratorias y resfriados.

Para la OMS, uno de los indicadores más claros sobre la presencia del síndrome del edificio enfermo es la desaparición de esos síntomas cuando las personas no se encuentran en el lugar.

Uno de los motivos está en el aire acondicionado. De acuerdo con Álvaro Rúa Giraldo, integrante del grupo investigación Microbiología Ambiental de la Universidad de Antioquia, “el aire acondicionado está para darnos confort, pero si no funciona bien, comienza a atrapar y a condensar la humedad, y al hacerlo se van formando piscinas adentro que se convierten en un medio de cultivo para bacterias, hongos y parásitos. Cuando se apaga, los microorganismos empiezan a reproducirse, y cuando se enciende, los lanza al interior de la habitación, y estos empiezan a recircular y a esparcirse”.

¿La solución?

Una de las recomendaciones que da el neumólogo Fernando Ardila es mejorar la ventilación en los edificios, aunque “desafortunadamente las edificaciones modernas no tienen ventana alguna”. Una ventilación de 10 litros de aire por segundo y por persona evitan este síndrome, eso sin contar con una correcta temperatura, humedad e iluminación. Recomendó vigilar las emisiones y el polvo, asiento de componentes orgánicos que se desprenden de materiales sintéticos y equipos de oficina n

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