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Pronunciar la palabra Diabetes le da pánico a más de uno: es sinónimo, en el imaginario colectivo, de jamás poderse comer de nuevo una torta de chocolate. Eso depende. Sí es cierto que es una enfermedad grave.
La mayoría de los casos de diabetes son prevenibles. Sin embargo, están aumentando en países como Colombia. En el Día Mundial de la Diabetes, organismos internacionales, pacientes y doctores que trabajan en enfermedades crónicas buscan sensibilizar sobre este problema de salud pública que en un 70 % podría combatirse con intervenciones en los estilos de vida: ejercicio y alimentación sana.
Esta es una de las afecciones que más impacta la salud de los colombianos, con un estimado de 3 millones de personas diagnosticadas y otro millón más que la padece y aún no lo sabe, según la OMS (Organización Mundial de la Salud ). En Antioquia se estima que hay cuatrocientos mil pacientes con diabetes.
La diabetes de tipo 2 (ver glosario), por ejemplo, representa más del 90 % de los casos y, según el doctor Chris Feudtner, profesor asistente de pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Pensilvania y doctor en historia de la medicina, es producto de la tecnología y dinámicas modernas; él la llama “una enfermedad de la civilización”.
Aunque es reconocida hace más de dos milenios, hay varios mitos que la rodean haciendo más difícil que la gente tome en serio los hechos, como que la diabetes es grave y potencialmente mortal.
Los siguientes cinco pueden crear una imagen de la diabetes incorrecta y llena de estereotipos. Le contamos por qué no debe creer en ellos, según los especialistas.
Por lo general cuando un paciente necesita insulina significa que su diabetes está avanzada y es en este momento en el que las manifestaciones oculares se comienzan a presentar. Allí empieza la disminución de la agudeza visual. Juan Gonzalo Sánchez, oftalmólogo y presidente de la Asociación colombiana de Retina y Vitreo, explica que es por esto que la gente asocia el tratamiento con la disminución de la visión.
“Es cierto que sí hay un control muy rápido al bajar los niveles de glucemia en el paciente esto puede llegar a producir que la retinopatía diabética aumente”. Sin embargo, el especialista pide tener cuidado con esta afirmación, porque lo correcto es proceder con agilidad pero, a la vez, consultar al oftalmólogo para tratamiento. La recomendación para quienes tienen diabetes es exigir a su doctor una consulta adicional, idealmente un especialista en retina.
Ya no es una de las razones más frecuentes de muerte en pacientes diabéticos. Ahora son las complicaciones crónicas derivadas de un mal control de la enfermedad, como el infarto miocárdico o eventos cerebrovasculares.
El riesgo cardiovascular asociado a la diabetes es alarmante, tanto así que la expectativa de vida de un paciente de este tipo puede reducirse hasta en 10 años.
Según Claudia Monsalve, endocrinóloga de la Asociación Colombiana de Endocrinología (ACE) y docente investigadora de la UPB, este mito que parece despreciable evita que muchas personas vayan a tratamiento cuando su diabetes no está controlada. Aclara que actualmente las agujas de las inyecciones son cortas y muy finas, haciendo que su uso duela mucho menos que las que se solían usar.
Aunque se trata de alimentos ligeros, reducidos en grasa o sin azúcar, pueden tener calorías y estas hay que tomarlas en cuenta en la dieta diaria. Los edulcorantes han sido aprobados para el uso de personas con esta afección. No obstante, Monsalve agrega que su consumo debe acompañarse de un plan nutricional personalizado.
No todos los alimentos están prohibidos para los pacientes con diabetes, pero todo lo que se coman y no se gaste en actividades diarias terminará por acumularse en su cuerpo. Por más que existan productos aprobados, no se exceda en su consumo.
Es una enfermedad crónica que se controla, pero hasta hoy día no se puede curar. Los medicamentos existentes sirven para tratarla una vez que ya se ha manifestado. Aún la humanidad no dispone de los fármacos para evitar que un trastorno metabólico inicialmente leve progrese hasta un punto irreversible. Sin embargo, con información necesaria y un tratamiento adecuado, las personas pueden mantenerse sanas y prevenir complicaciones de la enfermedad. Se trata de seguir el tratamiento.