<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

El cáncer también se trata por fuera de clínicas y hospitales

Según los expertos la salud del usuario define
la atención, pero es tendencia fuera de la IPS.

  • Bibiana Maritza Trejos se acercó más a Dios después de descubrir la enfermedad. Una cruz en la cadena y en las aretas la acompañan en esta nueva etapa de su vida. FOTO julio césar herrera
    Bibiana Maritza Trejos se acercó más a Dios después de descubrir la enfermedad. Una cruz en la cadena y en las aretas la acompañan en esta nueva etapa de su vida. FOTO julio césar herrera
  • Claudia Urrego recibe tratamiento hormonal para que la enfermedad no reaparezca y menguar afectaciones en órganos. FOTO julio césar herrera
    Claudia Urrego recibe tratamiento hormonal para que la enfermedad no reaparezca y menguar afectaciones en órganos. FOTO julio césar herrera
El cáncer también se trata por fuera de clínicas y hospitales
22 de junio de 2017
bookmark

B ibiana Maritza Trejos es una repitente que sobrevivió a su primer cáncer de tiroides, y, que años después encara su padecimiento rodeada de los suyos.

Desde hace cerca de ocho años, la atención de las personas que sufren cualquier tipo de cáncer ha evolucionado con el objeto de abordar el tratamiento con un enfoque ambulatorio.

José Alfredo Almenarez, oncólogo clínico del Hospital San Vicente Fundación de Medellín, argumentó que “el paciente se encuentra en su ambiente, con su familia y no en un espacio como el cuarto de un hospital, que produce algún tipo de estrés o de situación incómoda, desde el punto de vista personal”.

En Europa y Estados Unidos se usan este tipo de prácticas de la medicina y sus buenos resultados han impulsado a diferentes actores del país para copiar algunas de las estrategias.

Esa evolución, según Carlos Alberto Daza Álvarez, gestor nacional de riesgo en salud para el grupo de cáncer de Coomeva EPS, tiende a migrar hacia el modelo inicial: “cuando la medicina empezó, la atención del paciente se llevaba a cabo en su casa, rodeado de su familia, de sus seres queridos, porque brinda una mayor posibilidad de recuperación”.

No obstante, aclaró Daza, las clínicas se han esforzado por mejorar la calidad, brindar mayor calidez, a pesar de ello, “no deja de ser un medio extraño y, no brinda las mismas garantías que un entorno familiar”, dice.

Opciones

Conforme a las condiciones del paciente se recurre a la atención domiciliaria o la hospitalaria.

Daza explicó que algunos usuarios son atendidos en los centros hospitalarios, dependiendo de las condiciones clínicas. “Los enfermos con cáncer tienen patologías asociadas, complicaciones propias de la afección. A veces se presentan tropiezos, se aumentan los síntomas de la dolencia de base ( puede ser un problema renal) y, requiere un manejo intrahospitalario.

Si la persona puede responder fácilmente a su tratamiento, es un candidato para atención ambulatoria. Los apoyos familiares para darle continuidad al manejo en el hogar son determinantes.

Sin embargo, el usuario recibe atención con soporte fuera de las paredes del hospital. “No se traslada para la casa sin ningún tipo de apoyo, debe haber un equipo de cuidado paliativo, un grupo domiciliario que permita el seguimiento: una enfermera encargada, o un médico que sirva de enlace entre el servicio ambulatorio y el personal que se encuentra de sostén en el centro asistencial”, dijo el oncólogo.

En las mañanas, Bibiana asistía al instituto, para la quimioterapia y antes del medio día, regresaba a su vivienda. Arribaba caminando y salía igual. La quimio la recibía sentada en una silla acondicionada para ello. Un grupo de enfermeras visitaba su casa para darle soporte y la llamaban para conocer su evolución, incluso le daban atención sicológica. “Me preguntaban para identificar qué necesitaba y, me traían mandalas”, dice. Los tratamientos fueron pruebas de fuego, y aunque sentía desvanecerse, su vigor la destacó en el grupo de enfermos. “En la sala de espera, una de las enfermeras le comentó a un paciente: no se ponga a llorar señora, vaya hable con la mona de allá, que está peor que usted. Yo escuché pero no sabía que estaban hablando de mí. Yo soy el referente, pensé. Me dije: calmémonos y escuchemos a la señora ”, comentó esta dama de 42 años, que lleva luchando cerca de ochos meses con el mal.

Dos caras

Cuatro momentos en la vida de Claudia Urrego están marcados por el mal. En 2002 le diagnosticaron cáncer de seno, dos años después hizo metástasis a ganglios, un año más tarde, múltiples metástasis pulmonar y más adelante compromiso en los ganglios.

En unos lapsos de su tratamiento le fue muy bien, recibía el procedimiento y las citas necesarias para continuar con su proceso de recuperación.

No obstante, tuvo una infección luego de la reconstrucción de la mama y el servicio no fue el esperado: “me recetaron antibióticos cada cuatro horas y se demoraban en llegar a mi casa, a veces dos o más días. Con gran esfuerzo aprendí a aplicarme la medicina. Fui a urgencias porque el catéter se obstruía”.

Claudia aplaudió que el usuario está en compañía de sus familiares, pero señaló que hay unas responsabilidades que las EPS no siempre cumplen y los usuarios deben recurrir a la justicia.

Retos

Esta tendencia a tratar, en parte, a los pacientes por fuera del hospital, viene acompañada de desafíos que implican cambios en la manera como los usuarios y sus familiares aprenden y se relacionan con la enfermedad.

Para el oncólogo Almenarez estos retos se relacionan con descubrir la dolencia en un estado no avanzado, estrategias y acciones de promoción y prevención: “La detección temprana tiene más posibilidades de curación, ayuda a disminuir los fallecimientos por cáncer y mejorar la atención. La apuesta es que ellos vivan más y puedan incorporarse a la vida normal”.

Daza, gestor de Coomeva, señaló que debe capacitarse no solo al paciente sino al cuidador primario y al grupo familiar del enfermo, para lo cual se valen de charlas, talleres, seminarios y orientación en el hogar del acompañante.

Dijo que también trabajan en fortalecer las estrategias de acompañamiento de los ciudadanos en casa. “Los equipos de salud se quedan cortos frente al volumen alto de pacientes. Si bien es cierto, se da un excelente soporte, la red de apoyo es indispensable en la recuperación del usuario”, dijo el ejecutivo de Coomeva.

Los expertos también enfatizan la realidad que padecen los campesinos que habitan zonas apartadas de las grandes urbes. “Hay gente que vive en zonas rurales, que probablemente tenga dificultad para acceder a este tipo de apoyo”, argumentó el oncólogo del Hospital San Vicente.

Pese a este inconveniente, el panorama tiende a despejarse, porque se amplía el área de influencia con el fin de que más ciudadanos puedan recibir este tipo de acompañamiento. Finalmente, Bibiana enfatiza que se ha dicho muchas veces y debe reiterarse. “Debemos aprender a leer nuestro cuerpo. Yo sufrí un cáncer de tiroides y no aprendí, pero con esta segunda oportunidad cambié mi forma de verlo. Sigo sonriéndole a la vida. Sigamos viviendo”.

Infográfico

Te puede interesar

El empleo que busca está a un clic

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD