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Por Luisa F. Rodríguez Jaramillo
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que por cada mujer que fallece de cáncer de mama, dejan de existir 10 por alguna afección cardíaca. Sin embargo, la comunidad subestima este asunto y le da mayor importancia al primero con fuertes campañas de prevención.
Los especialistas coinciden en afirmar que las patologías del sistema cardiovascular han ido en aumento en la población en general y en especial en las mujeres porque hay un aumento de malos hábitos: incremento del consumo de cigarrillo, más obesidad, más sedentarismo, entre otros.
Según Catalina Gallego Muñoz, cardiología de la Clínica CardioVID, la incidencia de ese tipo de afecciones en hombres y en mujeres es casi similar, “con el agravante que algunas de esas enfermedades pueden tener peores desenlaces dentro del grupo de población femenina”.
Precisamente, un aspecto diferencial es que las patologías cardíacas en los varones aparecen a más temprana edad que en el sexo opuesto. “El pico en los hombres es desde los 45 o 50 años y en las mujeres es desde los 60 o 65 años. Antes de esa edad ellas tienen menos enfermedad cardiovascular (infarto, angina, enfermedad coronaria, que necesite cirugía o necesite revascularización y ahí están incluidas las enfermedades cerebrovasculares)”, explicó, Sebastián Vélez Peláez, médico internista y cardiólogo de la Clínica Soma.
Lo anterior obedece a que la mujer está protegida de ese tipo de problemas por la actividad hormonal, lo cual va hasta que le llega la menopausia, pero a partir de esa etapa el buen efecto desaparece y el riesgo empieza a aumentar de una manera significativa.
“Las mujeres no son conscientes de eso, no se cuidan debidamente, no se hacen chequeos, no toman medicamentos si los necesitan para controlar los factores de riesgo y el mismo sistema de salud no ha sido enfático en hacerle seguimiento y prevención a la mujer posmenopáusica”, añadió el especialista.
“Debe aclararse que a cualquier edad las mujeres pueden sufrir de enfermedades cardiovasculares; por ejemplo, la miocardiopatía periparto, una forma de insuficiencia que aparece durante o posterior al parto, y que es propia de la mujer, puedo ocurrir en cualquier momento de la vida reproductiva, lo mismo que las formas idiopáticas de insuficiencia cardíaca o las formas congénitas de enfermedades cardíacas que acompañan a las mujeres desde la niñez”, aseveró Gallego Muñoz.
La raza y la pobreza
De acuerdo con estudios realizados en Estados Unidos, las mujeres afrodescendientes y las latinoamericanas tienen mayor propensión a sufrir del corazón que las caucásicas.
En ese sentido Juan Carlos Uribe, cardiólogo de la Clínica Las Vegas indicó que en Colombia no se tienen registros claros al respecto, pero según las estadísticas norteamericanas esa clase de féminas pueden ser más propensas a enfermedades cardiovasculares debido a que tienen una tendencia más alta a ser hipertensas.
Asimismo, la situación geográfica y los bajos ingresos económicos de ellas pueden hacerlas más propensas a padecer ese tipo de patología como la insuficiencia cardiaca o enfermedad coronaria, puntualizó la cardióloga Gallego.
Una mujer con bajos ingresos puede verse en riesgo ya que no tiene mayor acceso a los servicios de salud, por tanto se le hace el diagnóstico más tardíamente o las medidas de prevención no se toman de forma correcta, tampoco se hace un seguimiento o un diagnóstico de asuntos que se pueden prevenir, agregó Vélez Peláez.
Prevención
Los tres especialistas consideran que las recomendaciones para evitar afecciones cardíacas son similares en hombres y mujeres:
Se debe evitar la obesidad, aplicar un programa de ejercicios, no fumar, tener alimentación balanceada rica en frutas y verduras, no consumir fritos e ingerir pocas harinas.
También las féminas deben hacerse chequeos médicos preventivos, conocer sus niveles de colesterol y mantenerlos normales.
Si es hipertensa, diabética o con colesterol alto debe llevar un tratamiento adecuado.
“Si prevenimos un infarto y las enfermedades cardiovasculares, vamos a tener personas más saludables. Es preferible esto que tener que tratar más adelante a una persona que ha tenido un infarto con las consecuencias que puede traer esto o una falla cardíaca con unas limitación posterior para sus actividades y su vida diaria”, insistió Uribe.