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Por Íngrid Cruz Riaño
Tener un hijo es el deseo de muchas parejas, si se concibe es una alegría, pero si no se logra, es una tristeza, que se puede superar con la ayuda de un especialista en reproducción humana.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS) de 2015, realizada por Profamilia, en Colombia, el porcentaje de las mujeres de 15 a 49 años que desean uno o más hijos y han tenido problemas de fertilidad aumentó de un 11% en 2010 a un 12,1% en 2015. De otro lado, se evidencia una leve disminución en el porcentaje que ha consultado con un especialista (38,1% en 2010 y 37,2% en 2015).
En el caso de Antioquia sin Medellín, el estudio informa que, en 2015, un 11% de mujeres de 13 a 49 años, ha deseado uno u otro hijo y ha tenido problemas de infertilidad y un 32,4% ha consultado un especialista. En tanto que en Medellín y el área metropolitana, los porcentajes son del 12,5% y el 30%, respectivamente.
Consultar a tiempo
En materia de fertilidad la edad es clave, la recomendación de los especialistas es consultar temprano, porque a las mujeres después de los 35 años se les hace más difícil quedar embarazadas ya que su reserva ovárica disminuye y con esta la calidad de los ovocitos, lo que genera una disminución en la tasa de fecundación. Además, presentan más riesgos. Verónica Isaza Álvarez, ginecóloga y especialista en reproducción humana de Concevidas afirmó que “si la mujer consulta pronto, es más factible que los tratamientos sean más sencillos, fáciles y asequibles”.
Por su parte, Gustavo Martínez, ginecólogo y experto en reproducción humana de Dejando Huella, indicó que “se recomienda buscar ayuda médica cuando hayan pasado 12 meses sin planificar y no haya llegado el embarazo o cuando hayan pasado más de seis meses, si la mujer es mayor de 35 años”.
Las causas
Sergio Tamayo Hussein, ginecólogo obstetra especialista en reproducción humana de Inser, anotó que “la infertilidad se produce en un 30% por causas femeninas, un 30% por causas masculinas, un 30% por las dos y un 10% sin causa aparente”.
Puede ser que la mujer no ovula bien o no tenga la cantidad o calidad adecuada por varias razones, desde un síndrome de ovario poliquístico hasta una falla ovárica precoz, por obstrucciones en las trompas de falopio por infecciones o adherencias secundarias por procedimientos quirúrgicos abdominales o por endometriosis, por un factor uterino debido a miomatosis, pólipos o condiciones anatómicas de nacimiento que pueden limitar la consecución de un embarazo. En el hombre, por tener espermatozoides de baja calidad o cantidad debido a varicocele o a condiciones hereditarias.
Por su parte, Jorge García Ortega, ginecólogo y experto en reproducción humana de Dejando Huella, señaló que “el licor, el cigarrillo, los químicos, hábitos de vida no saludables, infecciones vaginales frecuentes y traumas testiculares pueden ser causas de infertilidad”.
Y Verónica Isaza Álvarez, agregó que “en el hombre, la alteración del semen puede darse por obesidad, porque fuma mucho y por no cuidarse si sufre de diabetes o hipertensión”.
Tratamientos
Hay tratamientos de baja complejidad, como la estimulación ovárica y la inseminación; y procedimientos de alta complejidad, como la fertilización in vitro. Todos tienen como común denominador una inducción de la ovulación en menor o mayor grado y se realiza uno u otro, dependiendo del problema y la condición de la pareja.
La estimulación ovárica consiste en que a la paciente se le suministran medicamentos que pueden ser pastillas o inyecciones para que el ovario ovule más.
En la inseminación artificial se introduce una muestra de semen en el útero de la mujer. Y en la fertilización in vitro se extraen óvulos a la mujer y una muestra de semen al hombre y en el laboratorio se juntan; los embriones crecen y se desarrollan en una incubadora para introducirlos luego en el útero y se facilita la implantación con el suministro de medicamentos.
Sobre los tratamientos, Jorge García Ortega, anotó que “solo en el 10% de los casos hay necesidad de tratamiento con fertilidad asistida (inseminación o fertilización in vitro). En el 90% restante basta con estimulación ovárica (con medicamentos) se pueden manejar”.