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Los malos sentimientos, la enfermedad y, a veces, la muerte, pueden ser consecuencias de esos temores que en muchas ocasiones experimentamos. Vivir en el presente, desapegarse del pasado y el futuro son algunas de las recomendaciones que por estos días hace Ximena Duque Valencia, entrenadora en realización personal.
¿Cómo se define el miedo?
“El mundo está dividido en dos grandes sombrillas: la del miedo y la del amor. Bajo la del miedo hay un montón de características que, generalmente, no asociamos con el miedo porque pensamos que el miedo es solo aquello a lo que le tengo temor, a lo que huyo: la soledad, la muerte, las alturas, los ascensores. Sin embargo, la crueldad, el control, la cobardía, la desesperación, la depresión, la envidia, los celos, la crítica, el odio, el resentimiento, la infidelidad, el egoísmo, aunque los hemos calificado con una serie de nombres, al final nos damos cuenta que todos son miedos. Si tengo celos, es porque tengo miedo que quieran a alguien más que a mí, si tengo envidia es porque tengo miedo de no conseguir lo que la otra persona tiene, y así sucesivamente. Hemos disfrazado el miedo en una cantidad de adjetivos o programas que los escondemos y estamos tratando de sanarlos todo el tiempo, sin descubrir que eso no es cierto, es una ilusión porque lo único que es real es el amor y debajo de él, encontramos cosas como gratitud, felicidad, empatía, creatividad, expansión, paciencia, confianza, entusiasmo, un montón de adjetivos que pensamos que solo se logran momentáneamente en la vida”.
¿Cómo describirlo?
“El miedo es una hipótesis trasladada al futuro, es decir, que es un supuesto, algo que puede o no suceder y está en un tiempo que no existe, porque nos pasamos persiguiendo el futuro todo el tiempo y cuando llega es el presente. A veces el miedo también viene de traer del pasado experiencias que no queremos que se repitan, porque no nos gustaron o fueron traumáticas, entonces empezamos a formar creencias limitantes que no nos permiten construir cosas nuevas porque estamos pegados de ese pasado. El miedo oscila entre el pasado y el futuro. Cuando estamos sintonizados en el presente y nos ponemos a observar lo que hay alrededor, la vida se logra transformar en un abrir y cerrar de ojos y puede empezar a cocrear una realidad que no tiene ningún tipo de límites. Cuando reconoces que eres un ser ilimitado y sin ningún tipo de carencias o enfermedades, desde ese momento se puede crear una realidad maravillosa para ti y quienes le rodean”.
¿Cuáles son las causas más comunes de los miedos?
“Unos vienen de las experiencias propias. Cada vez que vivimos algo se genera un resultado y si fue caótico entonces me genera miedo a volver a hacerlo. Pongamos el ejemplo de la infidelidad de la pareja, ahí entonces ¿qué creencia formo en mi cabeza? Que los hombres son infieles, que en las amistades no se puede confiar. Las experiencias que vivo me forman creencias y las creencias me permiten generar un comportamiento específico que puede ser limitante.
A veces el miedo también es infundado, es heredado de nuestros padres o abuelos, entonces viene por herencia. Ahí la pregunta es ¿qué realidad estás viviendo? Cuando vivimos el presente y miramos todo desde el amor, podemos cambiar la realidad vivida por otros. El miedo generalmente, es impostado, no es propio”.
¿Formar niños sin miedo?
“Los niños de hoy vienen sintonizados en el amor, quieren arriesgarse, hacer, pero los adultos comenzamos a meterles todos los programas de cómo nosotros fuimos criados y empezamos a cambiar la información que ellos tienen. Lo que tenemos que hacer es todo lo contrario, cambiar la vieja información. Nos quejamos del mundo en el que vivimos pero seguimos improntando lo mismo. El primer consejo para los padres es relacionarse con los niños desde el amor, la negociación, no desde el control ni la imposición. Los niños de hoy no acatan órdenes si no las comprenden, no porque las diga un adulto, ellos tienen que entender, ver eso para dónde va y si realmente es así o no. Los de hoy son niños relacionados con la naturaleza, con el respeto por la vida, pero por el control que ejercemos sobre ellos se empiezan a volver rebeldes y están empezando a ser calificados con hiperactividad, déficit de atención”.
¿Hay consecuencias por no enfrentar el miedo?
“La más cotidiana es la enfermedad, la muerte, pero también las malas relaciones, las carencias. Todo lo que tiene que ver con limitantes tiene que ver con el miedo, por ejemplo, haces lo que no te gusta, trabajas donde no quieres, no eres feliz”.