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Medimás empezó su operación justo hace cinco meses y, durante este tiempo, ha pasado desde tener serios señalamientos de la Procuraduría, la Fiscalía, la Defensoría y los mismos usuarios; hasta tener que sortear las cientos de tutelas que dejó Cafesalud. Un arranque bastante traumático.
Si bien las quejas reportadas contra la EPS superaban las 20.000 hasta noviembre pasado, según la Superintendencia Nacional de Salud, la empresa asegura que cada día trabaja para reducirlas, por lo que da un parte de tranquilidad.
Explica que su operación en el país se ha ido normalizando y espera satisfacer completamente las necesidades de los afiliados, en lo relacionado con la asignación de citas, procedimientos con especialistas –en especial pacientes con cáncer– y dispensar a tiempo los medicamentos.
Aunque la EPS reconoce las dificultades, también sostiene que estas se debieron a la herencia que dejaron Cafesalud y Saludcoop, ya extintas del sistema.
¿Qué ha pasado con la EPS en estos cinco meses de operación? ¿qué retos tienen para encarar este año? y ¿cómo afrontan los múltiples reparos de las entidades de control y los usuarios?
Las respuestas las entrega el presidente de Medimás, Néstor Arenas, quien en diálogo con EL COLOMBIANO, asegura que hay asuntos por resolver y que “es evidente y lo hemos transmitido” en que tienen dificultades.
¿Qué le preocupa y cómo afrontarlo?
“Somos un equipo de 4.000 colaboradores en el país, y no tenemos tiempo para preocuparnos, porque estamos trabajando 7 por 24 en la EPS, para garantizar el derecho de acceso a la salud de nuestros afiliados”.
Desde el comienzo se criticó que no contaban
con experiencia, ¿cómo lo confrontan?
“El proceso que dio origen a la EPS está debidamente soportado ante la Superintendencia y se demostraron todas las capacidades que teníamos, por eso que nos otorgaron la licencia de funcionamiento”.
¿Cómo va el pago de Cafesalud, hay quienes dicen que solo se han girado 28 mil millones?
“Dentro del proceso de compra se definieron unos plazos y se están cumpliendo. No tenemos ningún inconveniente. Fueron condiciones de compra que estaban establecidas en el proceso licitatorio y hace parte del pago acordado, pero aún están en términos los cruces de las acreencias laborales, por cerca de 600 mil millones de pesos. Este proceso, desde que se inició, ha sido público y transparente”.
La Supersalud ha impuesto dos sanciones, la Defensoría, la Procuraduría y hasta la Fiscalía los tiene bajo lupa, ¿cómo recibe esto?
“Estos actos administrativos del ente de vigilancia tienen un debido proceso, lógicamente estamos en el derecho del recursos de reposición para demostrar que se resolvieron los casos y garantizamos los servicios. Utilizaremos los mecanismos establecidos en la norma. En cuanto a la Fiscalía, básicamente nos pidieron la documentación que dio origen a la operación de Medimás”.
¿Cuál es el reto para 2018?
“Será un muy buen año. Estamos trabajando en la planeación estratégica y encaminados en garantizar el acceso a los servicios de salud de los afiliados. Parte del éxito que auguramos es que tenemos un modelo de atención que garantiza plenamente la cobertura de nuestros usuarios. Buscamos, a través de tecnología, que los usuarios no tengan que ir a hacer filas para solucionar inquietudes o procesos que no lo requieran”.
¿En qué quedó la división que produjo que usted llegara al cargo en octubre?
“Llego en octubre y hago un empalme con el anterior presidente. Debo alejarme de los ruidos para poder administrar. Estamos consagrado a los lineamientos que se están dando y en Medimás no tenemos ningún conflicto”.