Por Europa press
Científicos del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (Ciberesp) y el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, de España, encontraron que el riesgo de cáncer de mama podría reducirse con un menor consumo de carne roja, especialmente la muy hecha o guisada, o carne curada y procesada.
Así se desprende de los resultados publicados en la revista científica Maturitas relativos al proyecto MCC-Spain, que buscó analizar cómo influyen los factores ambientales en tumores frecuentes como el de mama.
El estudio se basó en el análisis de 1.006 mujeres con cáncer de mama y 1.370 mujeres sanas de diez provincias españolas, en las que se analizó la relación entre el riesgo de tener este tumor y el consumo de carne, considerando no solo el tipo y la cantidad sino también el punto de cocción y los métodos de cocinado empleados.
El análisis se realizó considerando el estado menopáusico (pre y posmenopausia) y la biología de la célula tumoral (tumores hormonales, HER2 positivos y triple negativos).
De este modo, vieron que el riesgo de cáncer de mama aumentaba para aquellas mujeres posmenopáusicas que comían más cantidad de cualquier tipo de carne (a partir de 51 gramos de carne por 1.000 kilocalorías y día), pero especialmente de carne roja (a partir de 25 gramos por 1000 kcal y día), carne procesada o curada (a partir de 14 gramos por 1.000 kcal y día).
Los resultados de este estudio confirman la necesidad de transmitir a la población que se debe reducir el consumo de carne, en concreto de la roja y la procesada y curada, algo que según los autores va en la línea de la recomendación ya realizada por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer en 2015.