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El pesista Óscar Figueroa habló de sexo después de su medalla de oro. “Como esto es un deporte de fuerza absolutamente, entonces, en mi caso, pongo la mente en blanco, pero también voy inclinado pensando en algo de sexo porque eso aumenta la capacidad de la testosterona”.
Al ampliar su concepto el deportista aclaraba que no se trataba de pensar en pornografía. Más bien en una persona amada, que lo atraía y con la que se sentía a gusto.
Esta revelación que hizo el medallista de oro olímpico a la cadena Blu Radio el mismo día de consagrarse en Río, causó revuelo y algo de hilaridad, pero en el fondo su clave para tener mejor desempeño en las competencias de halterofilia no es solo una cuestión de risas pícaras.
Como contexto, el médico deportólogo Alejandro Ramírez Restrepo, explica que mucho de lo que el organismo produce está neuralmente mediado.
Así, por ejemplo, “si estas en una situación de estrés, todo eso finalmente busca liberar Cortizol y hormonas que están vinculadas con la parte de la supervivencia, para poder manejar todo ese estrés y salir adelante de una situación difícil”.
Para la psicóloga clínica Chiquinquirá Blandón, el papel de la testosterona como potenciador de los atletas en competencia es cierto.
“Generarla a través del pensamiento en el momento de la competición, aumentaría la energía física y mental, la fuerza o resistencia, para quienes tengan la capacidad de visualizar. Pues el cerebro no diferencia entre imágenes generadas al interior del mismo o imágenes del mundo exterior”.
Además esta hormona, agrega la especialista, se eleva como respuesta a la competitividad, tal y como sucede en los deportes de alto desempeño.
También cuando se obtiene una victoria en competencias o en discusiones y batallas, agrega, tiende a su aumento.
“El cerebro activa con estas imágenes la zona temporo-occipital que a su vez activa la región órbito frontal derecha, que califica si estamos cómodos con la sensación que experimentamos, ¿es agradable? Entonces entra en acción la corteza cíngulo-anterior, en ella se manda la señal que hace que tu corazón se acelere, tu respiración se agite y se dé la estimulación”.
Alejandro Ramírez Restrepo amplía aún más el concepto y plantea que más allá de pensar en el sexo durante la competición o en sus momentos previos, una de las claves para lograr que la presencia de la hormona en el cuerpo sea mayor y contribuya a los logros que se han trazado como meta, pasa por el desarrollo de un entorno favorable al competidor desde lo anímico, lo familiar, lo laboral, lo personal; situaciones todas que pueden disminuir el estrés.
“Todo eso hace que sus niveles de testosterona se puedan incrementar, y no solo eso, que puedan favorecer la recuperación y su mismo rendimiento que es finalmente el objetivo más importante en la competencia”.
La revelación de Óscar Figueroa no se queda solo en el plano de las prácticas deportivas de alta competición.
Estos pensamientos que estimulan la generación de la hormona también pueden ser una herramienta útil para afrontar otro tipo de retos, y salir avante con ellos.
“La visualización se puede aplicar para prepararse previamente a cualquier actividad en la que queramos tener un alto rendimiento en deportes, negocios o artes. Investigaciones realizadas en la Penn State University han encontrado que si usted visualiza sentirse y verse desempeñándose de la forma que desea, su cuerpo encenderá efectivamente las vías neurales para esos movimientos específicos”, argumenta Chiquinquirá Blandón.
Este es un proceso que no debe generar perjuicios, sostiene la profesional. “No creo que tenga consecuencias negativas hacerse imágenes mentales sobre sexo por sí misma, puesto que la testosterona que el cuerpo produce de manera natural en niveles normales tiene ciertos efectos positivos tanto en los hombres como en las mujeres, aunque ellas la producen en menor cantidad que los varones”.