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Aunque es menos frecuente, el virus Zika sigue presente en 900 municipios del país que están por debajo de los 2.200 metros sobre el nivel del mar, donde viven cerca de 26 millones de personas. Desde el pasado 26 de julio, cuando el Ministerio de Salud anunció que la fase endémica había terminado, se han registrado 1.333 casos de personas infectadas por Zika, según el Instituto Nacional de Salud (INS).
Como lo explicó el viceministro de Salud, Fernando Ruiz, el virus no continuará expandiéndose en Colombia. No obstante, el mosquito ‘Aedes Aegipty’, que transmite el Zika, seguirá en el territorio nacional. Si bien la enfermedad ha dejado de ser motivo de preocupación en la mayoría de secretarías de Salud, en el mundo se ha presentado un intenso debate sobre la supuesta asociación del virus con enfermedades como la microcefalia, el Guillain-Barré y la sordera en los niños.
De los 99.721 casos que se presentaron en el país desde agosto de 2015, en 350 hubo desarrollo de Guillain-Barré, enfermedad neurológica caracterizada por la debilidad en piernas y brazos, síntomas que van en aumento hasta que los músculos pierden todo el movimiento. Además de quedar paralizado, el paciente sufre afectación de los nervios periféricos. En Colombia, el 15 % de los pacientes con el síndrome mueren debido a complicaciones infecciosas o por dificultades del sistema nervioso autónomo.
De acuerdo con el Centro de Estudio de Enfermedades Autoinmunes de la Universidad del Rosario (Crea), uno de cada 100 pacientes con Zika desarrolla el síndrome de Guillain-Barré. La razón no se ha logrado establecer, no obstante, el Crea ha logrado determinar la incidencia de factores medio ambientales y genéticos, así como la respuesta autoinmune de los pacientes. Una de las dificultades para analizar de fondo el virus tiene que ver con el diagnóstico; la mayoría de los casos son reportados por sospecha clínica y no por exámenes de laboratorio.
Según el Crea, “el diagnóstico confirmatorio de la infección se realiza mediante la determinación de su ácido ribonucleico (ARN) por reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR)”. El problema con este método, según los investigadores, es que pueden generar resultados “muy diversos y hasta contradictorios, así como reflejar la diversidad genética del virus”. Además, el mosquito que transmite el Zika, ‘Aedes Aegipty’, circula otros virus que pueden causar el síndrome de Guillain-Barré.
De hecho, el síndrome no es la única preocupación mundial. Como se ha confirmado, el Zika también tiene una relación con la microcefalia, que produce malformaciones en el cráneo de los bebés. Por ambas enfermedades, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró emergencia sanitaria mundial en febrero de este año. En el transcurso del año se han presentado 256 casos de microcefalia relacionados con Zika en Colombia.
Uno de los investigadores que más conoce el síndrome es Hugh Willison, director del grupo de estudios de neuroinmunología de la Universidad de Glasgow (Escocia). “Desde 1916, fecha en la que se descubre el Guillain Barré, hasta 2016, se han hecho muchos avances en materia de investigación. De hecho, ya se han especificado tres tipos. Los desafíos son enormes porque el síndrome tiene muchos componentes, desde infecciones hasta parálisis”.
Actualmente, Hughs y otros siete científicos europeos estudian la relación entre el Zika y el Guillain-Barré en 18 países. El grupo de investigación Igos (Centro internacional de estudios sobre el síndrome de Guillain-Barré) conoció los casos que está analizando la Universidad del Rosario.
Para este grupo, las dudas que se deberán resolver en los próximos meses son las siguientes: “¿Existe una asociación entre la infección por el virus Zika reciente y el síndrome de Guillain-Barré que se pueda definir en un estudio? Si existe una asociación ¿cuál es el fenotipo clínico típico y el curso de del síndrome después de la infección del Zika? ¿Cuál es la patogénesis? y por último, ¿Cuál es el tratamiento para los pacientes?”.
En el estudio del Crea en Cúcuta, se encontraron 42 pacientes con Zika que tuvieron problemas neurológicos, de los cuales 29 desencadenaron en Guillain-Barré. Los resultados coincidieron con la publicación de un estudio del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, el cual concluyó que el Zika también es un factor de riesgo para la audición infantil.