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A pesar del desarrollo de Corea del Sur, y de una historia que no estuvo exenta de épocas convulsas, nunca en su historia se había dado la destitución de un mandatario. Ayer, por ese motivo, fue calificada como histórica la decisión del Parlamento de apartar a la presidenta Park Geun-hye, por las sospechas contra ella en el caso Rasputina de tráfico de influencias.
Con 234 votos a favor y 56 en contra, los diputados de la Asamblea Nacional —incluso la mitad de los del propio partido oficialista— dieron luz verde al “impeachment”.
Si bien ya se había dado tal instancia en 2004, con el cuestionado Roh Moo-hyun, esta vez no hay indicios que apunten a que, tal como ocurrió entonces, los jueces del Tribunal Constitucional frenen la decisión del Legislativo.
De esta forma, el camino queda expedito para que se produzca la primera destitución de un mandatario surcoreano en la historia. El país, por su parte, queda por el momento en manos del primer ministro Hwang Kyo-ahn, hasta que la justicia se pronuncie sobre el proceso.
Minutos después de conocerse la decisión de la Asamblea Nacional, Park pronunció un discurso ante su gabinete que fue televisado a toda la nación. En este pidió disculpas a toda la ciudadanía, mientras que entregó el poder a Hwang, pero no dejó de recordar que su destitución no está en firme hasta que el Tribunal Constitucional tome una determinación.
“Tomo en serio las voces de la Asamblea Nacional y del pueblo. Lo siento mucho, a todos los surcoreanos, por haber creado este caos nacional, con mi descuido, cuando mi país se enfrenta a tantas dificultades: desde la economía a la seguridad nacional”, dijo.
Pero de inmediato instó a los ministros y al nuevo mandatario provisional del país a “hacer todo lo posible para minimizar los vacíos en el gobierno, especialmente en temas de economía y seguridad, hasta que el Tribunal Constitucional dé su veredicto”.
“Espero sinceramente que esta confusión se resuelva de forma definitiva”, advirtió.
Pero ¿qué implicaciones deja esta coyuntura para la potencia asiática así esté aún por determinarse la suerte de Park? En diálogo con EL COLOMBIANO, Enrique Serrano, docente de la Facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, consideró que el daño ya está hecho y que el país debe pensar estrategias para recuperarse.
“Corea del Sur se encuentra en un bache de su crecimiento económico, y este caso afectó a varios de sus grandes conglomerados industriales: Samsung y Hyundai. Por este motivo, se puede presumir que el único camino que le queda al país es relanzarse y reciclarse para superar la crisis. No solo con las elecciones para un nuevo mandatario, sino desde la perspectiva de una recuperación de sus empresas”, explicó.
Para Serrano, otras potencias como Japón y China se ven favorecidas de forma indirecta, “pero a cualquier país asiático le perturba que haya casos de corrupción entre sus vecinos”.