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Si hay un amor que una a las maestras Blanca Uribe y Teresita Gómez es precisamente el de ese instrumento a blanco y negro, que a diferencia de los televisores de antaño (también vestidos con esos colores), parece no pasar de moda.
La música las ha hecho grandes amigas y no solo entrañables colegas, porque han compartido juntas el escenario en múltiples ocasiones.
Este sábado en la noche, Blanca y Teresita volverán a colaborar como las invitadas al Concierto No. 16 de la Filarmónica de Medellín, un espectáculo musical que estará a cargo del director colombiano Luis Gabriel Biava, egresado de la Universidad de Michigan y la Escuela Juilliard de Nueva York.
El repertorio de la noche estará compuesto por tres obras: la Rapsodia Española de Maurice Ravel, la Sinfonía No. 4 de Piotr Ilich Tchaikovsky y el Concierto para dos pianos del compositor francés Francis Poulenc, interpretado por las dos artistas antioqueñas de la mano de la Filarmónica.
“Este concierto no se toca con mucha frecuencia, no porque sea extremadamente difícil”, contó la maestra Uribe. “Es un concierto con unas melodías absolutamente espectaculares. Poulenc fue muy conocido por sus canciones para voz y piano, obviamente, y aquí tiene unos temas preciosos. Tiene humor, es juguetón, es muy agradable para escuchar y para tocar”.
Es un concierto que requiere estudio y comunicación, algo que ambas maestras destacan a pesar de tener una experiencia de más de 60 años frente a las teclas del piano.
“Hay que sentir la música de la misma manera, porque si uno intenta hacer la música de una forma y el otro de otra, no se puede”, añadió Uribe.
Estudian la pieza con cuidado individualmente, luego la ensayan juntas, posteriormente con el director y finalmente unen todo el conjunto con la Orquesta Filarmónica.
Para ellas es sencillo después de tanto tiempo y de entenderse muy bien. “Ambas hemos hecho muchísima música de cámara, música con violín, música con chelo, con tríos y a dos pianos, de manera que no es tan complicado”.
Para esta obra en particular no hay ningún piano que lidere y las partes son exactamente iguales. Una se tiene que sentar del lado izquierdo del piano y la otra del lado derecho, pero de acuerdo a las maestras: las dos partes son igualmente importantes y tienen la misma dificultad a la hora de interpretarlas.
Admirar a otra maestra
Parece que con el tiempo no solo ha crecido la experticia en el piano, también ha aumentado el nivel de admiración que las maestras se tienen mutuamente.
Blanca Uribe nació en una familia de músicos y ha sido solista de orquestas como la American Symphony y la Residentie Orkest de La Haya. Además, estudió en la Academia de Música y Arte Dramático de Viena. “Ella es una maravillosa pianista que nos ha hecho unos regalos increíbles como tener la oportunidad de escuchar las 32 sonatas de Beethoven, es una gran maestra”, destacó con emoción Teresita Gómez. “La experiencia de tocar con ella es maravillosa porque es una persona a quien quiero y respeto mucho musicalmente”.
Por su parte, la maestra Gómez empezó a acercarse al piano desde pequeña en el Instituto de Bellas Artes de Medellín y se graduó con honores en el Conservatorio de la Universidad de Antioquia.
“Tiene una musicalidad absolutamente excepcional, todo lo que toca suena bellísimo: es el alma y el corazón que le pone. Siempre la he admirado por eso”, señaló su gran amiga.
Esta noche ambas se apoyarán para lucirse, juntas, en el Metropolitano.