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En Medellín hay jóvenes que le apuestan a la animación para darles vida a sus personajes. Personas con mucha creatividad y pasión por el arte animado, como las que busca Carlos Argüello, artista y supervisor de efectos visuales que cree en el talento latinoamericano.
Argüello, quien trabajó en películas como Space jam, Armageddon y Las crónicas de Narnia, ahora busca en los países suramericanos los nuevos integrantes de su equipo para trabajar en cuatro películas animadas, además de fomentar la educación y la formación de chicos y chicas en efectos audiovisuales.
Para ello creó la Fundación CA y el Studio © con los que enseña y da trabajo a los gomosos de la animación, que ya han trabajado en películas como Las crónicas de Riddick, El aro 2, Rápido y furioso, entre otras.
Vino a la ciudad e invitó al director de la película Shrek, Andrew Adamson, para que conociera qué están haciendo Medellín y Antioquia en animación y contar en el Parque Explora su experiencia.
Carlos habló con EL COLOMBIANO sobre su visita y sus propuestas para la ciudad.
¿Por qué Medellín?
“Veo en Colombia y en particular en Medellín y Antioquia la infraestructura y la pasión para trabajar en los cuatro proyectos que tengo en mente. El año pasado, el secretario de competitividad del gobierno Fajardo me invitó a conocer los parques tecnológicos y apoyados en ellos diseñamos un programa con Antioquia Digital y capacitamos a 1.800 personas. Esto me mostró que hay talento e interés de los jóvenes. Así que los entrenamos para iniciar la segunda etapa que es la productiva, es decir, traer aquí la producción de las películas”.
“Para hacer una película se necesitan entre 400 y 600 personas. Entonces con Studio © apoyados por la OEA y el BID creamos cuatro puntos de crecimiento con los que en vez de tener a todas las personas en un solo lugar, nos apoyemos en la tecnología y tengamos sedes en diferentes países. Queremos que Medellín sea el centro de producción aquí en Suramérica. Los demás están en San Miguel, México; en Guatemala, como sede principal para Centro América y en Jamaica para el Caribe”.
“Observo, no sé por qué, un interés grande de los chicos en la animación de personajes. Por ejemplo en México su fortaleza son los efectos visuales y en Guatemala hay buenos pintores y arquitectos, algunos de ellos me ayudaron con las películas de Narnia. Pero aquí y en otros lugares de Colombia que pude visitar, el potencial está en la animación de personajes”.
“Como estamos haciendo algo nuevo en Latinoamérica, existe todavía cierto escepticismo que se ha ido acabando. Antes se pensaba que la animación solo era ocio y no lo que es ahora: una industria creativa. Pensaban que no había infraestructura, tecnología o que los jóvenes no se interesarían. Antes no había un medidor económico de lo que se mueve con la animación. Ahora que lo hay, empezamos no solo a reunirnos con los ministros de cultura y educación sino también con los de economía (risas)”.
“Que tengan pasión, ya que es esto lo bueno y lo malo de la industria de la animación. No se desengañen rápido. Hay que tener en cuenta que las producciones cinematográficas no son cosas que se hacen en 3 meses. Recuerden que Avatar, por ejemplo, se demoró 9 años y necesitó de 30 mil personas. Que es importante trabajar en equipo y confiar en las habilidades de tus compañeros”.