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El próximo año Gustavo Nieto Roa cumple cinco décadas de incansable trabajo en el campo audiovisual, tanto en la televisión como en el cine, siendo uno de los directores más taquilleros de la historia de la cinematografía colombiana.
¿Cómo es su trabajo ahora?
“Me la paso en un avión porque produzco cine y a veces televisión en Brasil, México, Estados Unidos y Colombia”.
¿Mucho trabajo de doblaje?
“Es nuestra actividad más estable, que la iniciamos hace casi 40 años. Hacemos doblaje al español en Bogotá, al portugués en Sao Pablo e inglés en Miami. Nos permite vivir y subvencionar otros proyectos”
¿Cómo han sido recibidas sus últimas películas?
“Muy bien. Hace tres años, con Estrella quiero ser, y la anterior Entre sábanas, que siendo una película súper sencilla, con dos personajes en una habitación, según Netflix es la cinta latina que más ven los latinos en esta plataforma. Es interesante porque ahí está el futuro del trabajo que venimos haciendo. Este tipo de películas están en otras plataformas que solo se ven en EE UU. Unidos y Europa, de donde me llegan reportes de que la gente sí la está viendo, lo que permite que se le pueda seguir sacando provecho a estas producciones: antes era solo las salas de cine y un la tv.”
Varios de sus filmes son clásicos en Colombia...
“La gente recuerda El taxista millonario, pero a la par tuve Colombia conexión, El inmigrante latino, Tiempo para amar, en una época desde los inicios de los 70 hasta 1983, casi cada año producía una cinta, porque tenía inversionistas que ganaron mucho dinero, hasta que el éxito de mis películas fue mi perdición”.
¿Por qué sucedió eso?
“En aquel entonces Cine Colombia decidió que no iba a exhibir más mis películas. Era de tal magnitud la asistencia de la gente, que el Gobierno, que no se había metido con el cine, quería empezar a fiscalizarlo y comenzar la creación de impuestos, que hasta ese entonces no existían. Por eso no querían películas nacionales que convocaran tanta gente y llamaran tanto la atención. De nada les sirvió, porque tarde o temprano terminaron pagando impuestos como toda otra industria”.