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El cineasta neoyorquino George A. Romero, maestro del terror de serie B y del género zombi gracias a la mítica película La noche de los muertos vivientes, falleció este domingo a los 77 años a causa de un cáncer de pulmón.
Según una declaración enviada al diario Los Angeles Times por el productor Peter Grunwald, socio de Romero desde hace tiempo, murió tras una “corta pero agresiva batalla con un cáncer de pulmón”.
Romero falleció mientras escuchaba la música de una de sus películas favoritas, The Quiet Man (1952), con su esposa, Suzanne, y su hija, Tina, a su lado, según su familia, que no ha precisado dónde murió.
El cineasta dejó su impronta en el cine con La noche de los muertos vivientes (1968), una obra de culto que influyó notoriamente en el posterior cine del género zombi.
Fue filmada en blanco y negro y protagonizada por el actor negro Duane Jones, toda una apuesta para la industria de aquella época.
El film gira entorno a un grupo de personas que trata de sobrevivir al ataque de cadáveres que han vuelto a la vida.
A pesar de contar un presunto de apenas 100.000 dólares, logró recaudar unos 30 millones de dólares en todo el mundo y dio pie a cinco secuelas, entre ellas el amanecer de los muertos vivientes (1978) y Día de los muertos (1985).
Además inspiró un género que sigue vigente en Hollywood, aunque Romero siempre declaró que se inspiró en la novela Soy leyenda (1954) de Richard Matheson.
Las cintas fueron rodadas en Pittsburgh o en sus alrededores, donde se encuentra la Universidad Carnegie-Mellon en la que el director estudió.
Romero nació el 4 de febrero de 1940 en Nueva York, de padre cubano y madre lituano-estadounidense. Estaba casado y tenía una hija.