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Artistas como David Bowie o Freddie Mercury se transformaban cuando saltaban al escenario. Sin embargo, al terminar su presentación, volvían a ser mortales, personas con problemas, vidas que atender y cientos de cosas por hacer.
Estos detalles que escapan de las vistas de los fanáticos han sido recogidos por diferentes documentalistas que han convertido esos momentos en películas.
Algunas de esas vidas escondidas se podrán conocer hoy, mañana y el 22 de mayo en el marco del Festival Internacional de Cine Documental Musical In-Edit, que llega a Medellín por segunda ocasión.
“In-Edit es un Festival totalmente enfocado en el mundo de la música y las historias que la rodean. Nos muestra esos momentos inspiradores o desgarradores que pasan detrás de la grabación de una canción. Humaniza la música”, explica el codirector del Festival, Simón Hernández.
El Museo de Arte Moderno es la sede de In-Edit en Medellín. Allí se inauguró anoche el evento con la película Freddie Mercury: the great pretender y que hoy sigue con el filme Triunfo a las 7:00 p.m., documental ganador del Festival en Brasil, que cuenta la vida del músico Nelson Triunfo.
“Yo creo que In-Edit es un evento que se esperaba en Colombia. Es un catalizador para quienes gustan de la música. Todos tenemos ídolos musicales y lo que hacemos es acercar al público para que conozcan cómo se crean canciones o se hizo determinado disco”, manifiesta el codirector.
Para mañana, a la misma hora de hoy, quienes han tenido la oportunidad de escuchar y ver al histriónico Bowie, no se pueden perder el documental David Bowie: five years, de Francis Whately. En este, se exponen los años claves de la carrera del artista inglés, desde el nacimiento de su alterego Ziggy Stardust hasta llegar al Delgado duque blanco.
Y para quienes quedan con ganas de historias musicales, el viernes 22 de mayo a las 8:15 p.m. en el evento One hits wonders que hace parte de In-Edit, podrán ver el filme I need a Dodge, que habla del que fuera líder de la banda de punk The Clash: Joe Strummer.
La intención, dicen sus organizadores, es seguir trayendo cada año el Festival a la ciudad, y así contar ese lado, a veces desconocido, de la vida de quienes con su música transforman el mundo.