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Tocar música clásica sin frac ni corbata

El pianista británico es en la actualidad una de las figuras que ha revitalizado la admiración por la música clásica.

  • El célebre pianista James Rhodes visita por segunda vez Medellín, en esta ocasión para la XIII Temporada Internacional de Música Clásica. Informes: 232 28 58. FOTO Julio César Herrera
    El célebre pianista James Rhodes visita por segunda vez Medellín, en esta ocasión para la XIII Temporada Internacional de Música Clásica. Informes: 232 28 58. FOTO Julio César Herrera
21 de noviembre de 2017
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Un pianista de jean y camiseta. Tiene tatuado en su antebrazo el nombre del compositor ruso Sergei Rachmaninoff. La música para James Rhodes es liberación o no es nada. Cierra los ojos. Se desconecta.

Su libro Instrumental, un éxito en ventas, contó el historial de abusos en su infancia y de cómo la música fue su salvación. Acaba de lanzar su tercer texto, Fugas, que explora los mitos alrededor de la ansiedad, la depresión y el estrés, a partir de sus más recientes giras por Europa.

Estará tocando esta noche en el Teatro Metropolitano, a las 8:00 p.m., piezas de Bach y Chopin, dos de sus más importantes influencias.

¿Cómo acercar la música clásica a públicos masivos y populares?

“La música clásica es vista como si le perteneciera a otra gente, como si fuera una forma de arte superior. La música no cambia, es siempre la misma, pero la forma de mostrarla tiene que cambiar. Por eso me visto de jeans, hablo con las audiencias e introduzco cada pieza. Así los prejuicios se derrumban. Un concierto de música clásica es una oportunidad para ellos ir a un lugar donde no hay Twitter, no hay Tinder, no hay noticias, no hay publicidad. Solo tranquilidad y la posibilidad de desconectarse”.

Por eso ha hablado en sus libros de la música como un proceso liberador...

“La música es todo, no solo para mí. Cualquiera ha tenido historias terribles, hemos pasado por la muerte, las enfermedades, la pobreza... Es una forma de ayudarnos a distraernos y sentirnos mejor. Así se convierte en un asunto universal, incluso más que el fútbol o la religión”.

¿Hay que pasar por un proceso perturbador antes de un acto creativo?

“En absoluto. Cualquier persona tiene procesos perturbadores y momentos difíciles, y hacer algo creativo es una manera de escapar a ello. Se crea a pesar de las cosas terribles, no por ellas”.

¿Y por qué Rachmaninoff?

“Porque es un grandísimo compositor; es un genio. Sus melodías son excesivas, románticas y profundamente conmovedoras. Si alguno no sabe de música clásica debe escuchar el Concierto para piano No. 2 de Rachmaninoff”.

¿Qué le recomendaría a los jóvenes para empezar?

“Una de las mejores cosas que existen ahora son las listas de Spotify; ahí puedes escucharlo todo. Uno de mis álbumes, The Mix Tape, es como una compilación que tiene lo mejor de Bach, Rachmaninoff, Beethoven. Quizás escuchar algo de eso ayudaría a explorar por dónde empezar”.

Cómo debe ser tratado este tema del abuso...

“Hay que hablar mucho más. Sé que es una situación horrible, pero hay cosas positivas como lo que ha sucedido con Harvey Weinstein o Kevin Spacey. Son más habladas, la gente empieza a escuchar, y esa es la clave. Necesitamos ser más valientes y hablar más. No debemos evitar nada. El abuso es una enfermedad mental porque es un tema tabú”.

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