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Una de las enseñanzas de Gilberto Martínez está resumida en una frase: “el que solo de teatro sabe, ni de teatro sabe”.
La repite ahora Patricia Carvajal, la actriz que junto a Diego Casas, Magda Meneses, Linda Estrada, Gilberto Amariles y otros actores, recibieron la posta de Martínez, ahora que La Casa del Teatro, la institución fundada por este animal escénico fallecido el 3 de enero pasado, cumple 30 años.
Un aniversario que, por cierto, él ayudó a preparar. Propuso que dejaran para los 30 el lanzamiento de la revista Teatro, digitalizada. Veinte números que él alcanzo a publicar, en los que incluyó asuntos de dramaturgia, escenografía y puesta en relieve, como él le decía a la puesta en escena, que no es otra cosa que llevar al escenario un texto dramático por medio de las acciones.
La Casa del Teatro fue fundada el 4 de agosto de 1987 como espacio de creación, difusión y confrontación teatral.
Unos meses antes de su muerte, Gilberto Martínez parecía estar muy consciente de su cercano final. Cuenta Patricia que reunió a los actores de La Casa del Teatro para proponerles que Jorge Iván Suárez fuera, desde el momento de su partida, el director escénico.
Jorge Iván ha mantenido cercano al proceso de La Casa y su estética experimental es semejante a la que propuso Martínez. De modo que ellos estuvieron de acuerdo.
Suárez vive en Barranquilla y viene cada quince días. Trabajan juntos y les deja tareas para que desarrollen en esas dos semanas. “Gilberto nos enfatizaba en que la búsqueda de los personajes debía hacerse dentro de uno, en primer lugar. Que si representabas a un viejo, por ejemplo, era explorando esa faceta de nuestra vida, aunque todavía no estuviéramos viejos”. Ahora están montando Rapsodia de Cuchillos y perros, una obra escrita por Gilberto en 2007, que estrenarán en noviembre próximo.
Por La Casa del Teatro han desfilado grandes figuras de la escena. La institución fue declarada Patrimonio Cultural de la ciudad a través del decreto 119 del 11 de febrero de 1992.
Esta institución funcionó por varios años en una casa situada en Girardot, entre La Playa y Maracaibo, donde hoy está la Oficina Central de los Sueños.
El 5 de Agosto de 2003 recibió de la Alcaldía de Medellín durante la administración de Luis Pérez Gutiérrez, una sede propia en comodato, en el Barrio Prado, que fue inaugurada el 10 de diciembre de ese año.
En los treinta años de La Casa del Teatro hay cambios.
Las puertas permanecen abiertas para estimular la entrada de quienes estén interesados en entrar. Porque si bien antes había servicio permanente, la puerta estaba cerrada y debían timbrar. La biblioteca Gilberto Martínez, que se conformó con libros, revistas y documentos entregados por Gilberto hace 15 años, cuando se dio cuenta de que no le cabían en su casa de habitación, cualquiera puede entrar.
Está afiliada a la Red de Bibliotecas. Desde este año dictan talleres de iniciación teatral que por ahora cuenta con 15 alumnos y un diplomado en Dirección Teatral, que coordina el cubano Rolando Hernández. Abrieron librería en que, por ahora, expenden la obra del fundador.
“Lo más importante es que La Casa del Teatro sigue viva”, dijo Patricia Carvajal.