viernes
7 y 9
7 y 9
Portugal dedica exposiciones, conferencias, obras de teatro y lecturas en homenaje a uno de sus literatos más ilustres y conocidos internacionalmente, Fernando Pessoa, quien falleció hace exactamente 80 años.
“No sé lo que el mañana me traerá”.´Estas palabras, redactadas en inglés, fueron las últimas que se le atribuyen a Pessoa, que murió en Lisboa el 30 de noviembre de 1935 en el Hospital de São Luís de los Franceses, a los 47 años, por una crisis de pancreatitis aguda atribuida al alcohol.
Por la efeméride, el autor del Libro del Desasosiego recibirá varios homenajes, como una conferencia en la Universidad de Oporto o lecturas en la Casa Fernando Pessoa, institución que preserva el legado y el expolio del poeta en el mismo edificio lisboeta en el que vivió los últimos 15 años.
Nuestra natural angustia de pensar: Fernando Pessoa y las marcas que dejó en la poesía portuguesa, será la pieza teatral dirigida por el reputado Luis Miguel Cintra que se representará en el teatro Cornucópia de Lisboa.
La caleidoscópica obra de Fernando Pessoa (1888-1935) está considerada por la crítica como una red que atrapa al lector por su audaz concepto de autoría.
Pessoa pasó a la historia de la literatura por el uso de heterónimos, una técnica de la que se sirvió para crear autores ficticios que producen registros literarios diferentes.
El poeta firmó como Bernardo Soares, Álvaro de Campos, Ricardo Reis o Alberto Caeiro, cuatro de sus heterónimos más conocidos, y a través de ellos, tejió una relación que cautiva e interpela al lector.
“Ricardo Reis es más real porque Álvaro de Campos habla mal de él”, consideró a Efe el investigador colombiano Jorge Uribe, uno de los grandes especialistas de la obra del literato junto al también colombiano Jerónimo Pizarro.
La construcción de esta singular relación entre los heterónimos provoca la necesidad de volver a leer otras obras para satisfacer la curiosidad y generar así inconformismo en el lector, que no tiene suficiente con un único poema.
La complejidad y flexibilidad de los trabajos de Pessoa es tal que deja “en manos” del lector el compromiso de encajar la obra en un determinado género, ya sea filosofía, poesía o ensayo, según el investigador colombiano.
Una tarea complicada, pues los campos de interés del escritor eran tan vastos que abarcaban desde filósofos clásicos como Platón hasta los asuntos de magia y ocultismo tratados por el británico Aleister Crowley (1875-1947).
De Pessoa, la crítica destaca el poemario Mensaje (1934) y la famosa novela El libro del desasosiego, escrita con un estilo de diario, que apareció años después de su fallecimiento y atribuida al heterónimo de Bernardo Soares.