viernes
7 y 9
7 y 9
El retorno de 300 integrantes de la comunidad Embera Katío a sus tierras en Chocó fue un hecho que causó alegría la semana pasada. Los indígenas, que estaban en situación de desplazamiento en Medellín, dejaron las calles, pero esa imagen, en la que se les ve alejados de aquello que los conecta con la vida, perdurará para algunos.
Para el fotógrafo Sammuel Sierra fue el comienzo y fin de su exposición de fotografía Mu drua (Mi territorio). El comienzo porque durante una caminata de domingo se sintió conmovido por la escena, llamado a hacer algo. El fin, porque es justo una foto de la penosa situación que pasaron los Embera Katíos la que cierra su muestra, una imagen intencionalmente borrosa, distorsionada, desenfocada, abierta a las interpretaciones de quien se pare frente a ella.
Lo que la antecede es un recorrido por la cotidianidad de la comunidad Embera en su resguardo La Puria, esa que Sierra cuenta queda “interna entre las montañas selváticas del Chocó, después de casi tres horas por un sendero de desfiladeros y puentes colgantes que cruzan los cañones de tres ríos”.
La sensibilidad del fotógrafo queda evidenciada en cada una de las 16 fotos que componen la muestra. Esta se exhibe en Yurupary como resultado del proyecto final de Samuel Sierra en la academia, que contó con la tutoría de la fotógrafa Camila Mora.
Mu drua inició en enero, primero como un acercamiento a los indígenas que estaban en las calles, hablando con ellos; luego en junio como una experiencia en la comunidad de ellos, memorable para el fotógrafo. Fue en esos días que vio, según él, la alegría de los Embera, de aquellos que, a diferencia de los que seguían en la ciudad, continuaban en sus tierras, bañándose en el río, cargando sus canastos, caminando en el monte, pescando... Escenas que Sammuel Sierra registró con su cámara con el fin de mostrar algo que para él “es esencial para la vida”.