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Los alegres afanes de fin de año, en los que se mezclan lo sagrado y lo profano, dan tema a los escritores para crear historias en torno a esta época.
Aparecen los clásicos colombianos: Tomás Carrasquilla, Efe Gómez, Gabriel García Márquez, en prosa; Álvaro Mutis y Rafael Pombo, en poesía.
El narrador Darío Ruiz Gómez cree que en nuestra literatura han estado ausentes grandes asuntos como los sentimientos y las tradiciones, abundantes en la europea.
“La Navidad tiene un fondo cristiano y nuestros escritores se ufanan de no ser creyentes. Lo que tenga que ver con estos asuntos ha sido desdeñado”, sostiene Ruiz.
El escritor Juan José García Posada da como punto de partida la Novena de Aguinaldos, del religioso Fernando Larrea, quiteño residenciado en Colombia en el siglo XVIII. Texto que, en el siglo siguiente actualizó la madre María Ignacia, de La Enseñanza, cuyo nombre era Bertilda Samper Acosta. “Lo más importante de esta obrita está en las reflexiones de cada día, de un sencillo pero valioso vuelo literario”.
Posada dice que la literatura colombiana sobre el tema contrasta con la tendencia mundial: “Mientras la primera es alegre y positiva, la segunda es nostálgica y marcada por la crítica de las desigualdades e injusticias sociales”.
Es tiempo de leerlos.