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Bauman, el gran líder de opinión del siglo XXI

Zygmunt Bauman, un crítico de la desigualdad y el individualismo en la sociedad, uno de los pensadores más brillantes de las últimas décadas.

  • El filósofo y sociólogo polaco, autor de Modernidad líquida, Tiempos líquidos, Vida de Consumo, entre otras obras, falleció en la ciudad inglesa de Leeds a los 91 años. FOTO reuters
    El filósofo y sociólogo polaco, autor de Modernidad líquida, Tiempos líquidos, Vida de Consumo, entre otras obras, falleció en la ciudad inglesa de Leeds a los 91 años. FOTO reuters
11 de enero de 2017
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Uno, dos y hasta tres libros publicaba por año, sin mencionar ensayos; conferencias, entre otras actividades que no le faltaron a este intelectual polaco hasta el final de sus días, el pasado 9 de enero.

Cada una de sus opiniones se convertía en noticia de los diferentes medios del mundo y varios de sus conceptos fueron y seguirán siendo motivo de estudio o de base, no solo para sociólogos, también para antropólogos, historiadores, comunicadores y demás investigadores, porque más allá de ser ensayista, filosofo y sociólogo, Zygmunt Bauman fue un líder de opinión.

“La fuerza fundamental de Bauman radica en que combinaba lo histórico o lo sociológico, con lo filosófico y con la teoría poética. Fue un humanista muy claro, nunca se dejó encerrar por corrientes favorables a ningún sector político, él no era un hombre de partidos, sino un hombre con un compromiso sociocultural” explica Eduardo Domínguez Gómez, historiador de la Universidad de Antioquia y Magíster en Historia de la Universidad Nacional.

Para Domínguez, la obra de Bauman, desde el punto de vista de la sociología, abrió muchos panoramas de interpretación, pues planteó cómo la sociedad pasó de la era industrial moderna tradicional a lo que llaman hoy la posmodernidad, una sociedad muy rápida y veloz, de allí el famoso concepto de “modernidad líquida”.

Su transcendencia

“Yo creo que se convirtió en ese gran pensador para la sociedad porque en el momento histórico que planteó el concepto de ‘modernidad líquida’, que es justo cuando hay una crisis en la sociedad, no se tenían muchas herramientas para pensar después del estructuralismo, y llega él y propone este concepto y acuña perfectamente a la necesidad que se tenía en las ciencias sociales para una nueva forma de interpretar lo que está sucediendo actualmente”, expone Natalia Galeano, antropóloga de la Universidad de Antioquia.

En tanto, esta antropóloga agrega que el concepto clave que atraviesa toda su obra es el tema de la “modernidad líquida”, ya que fue ese asunto de lo líquido el que permite hoy en día hablar con mayor versatilidad de la identidad y la cultura, pues ya no era una estructura fija, que no se mueve, difícil de transformar, sino que tiene elementos que están en constante cambio.

“Modernidad líquida permite hacer afirmaciones sobre temas que son muy actuales de la cultura, como el consumo, el amor... con bastante precisión. Es un autor que nos ayuda a entendernos como sociedad. Esto es lo que está en el centro de su obra y en algunas ocasiones lo lleva a cierta nostalgia del pasado, incluso a veces creo que se desliza hacia la desesperanza, en cuanto a los tiempos pasados permitían que el futuro se sintiera más predecible porque había culturas más fijas que ahora”, puntualiza Galeano.

¿Y ahora sin Bauman?

Para los entrevistados se va un líder de opinión bastante influyente, al que incluso los Estados (países) más importantes del mundo le aceptaban sus opiniones.

“Hay un vacío que queda, pero la ventaja de los intelectuales orgánicos es que ellos han dejado también sus herederos y estos continuarán la tarea y los historiadores nos veremos bastante beneficiados de toda su obra”, comenta Eduardo Domínguez.

Aunque resalta que Zygmunt Bauman es fundamental en los grandes pensamientos del siglo XX para nuestra sociedad con su concepto de modernismo líquido, pues logró que este término convenciera e identificara a muchos otros sociólogos de la época y las personas lograrán entenderlo y ponerlo como ejemplo con el paso de los años, lo será más por la relación que estableció entre historia, sociología y política como una forma de explicar la sociedad contemporánea, además de su extensa obra que sobrevivirá al paso de los años.

“Realmente era un líder de opinión, un pensador que se comprometió con las causas, sin hacer partidismo, sin una relación ideológica estrecha a pesar de que todos la tenemos”, finaliza Domínguez.

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