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Pocos días antes de empezar la XII versión del Festival, se pensaba que el gran protagonista sería el premio Nobel peruano Mario Vargas Llosa, pero por conflictos en su agenda no pudo estar en la programación académica y le cedió toda la atención al premio Princesa de Asturias de 2015 Leonardo Padura, que supo estar a la altura del reto.
Padura se animó a proponer un mundo de reformas junto a otros intelectuales como Abram de Swaan, Philippe Sands y Janne Teller el viernes 27 de enero para conmemorar el 500 aniversario de las 95 Tesis de Lutero y el sábado 28 conversó con Héctor Abad Faciolince como preámbulo a la proyección del documental sobre su trabajo, Vivir y escribir en La Habana, para luego salir rumbo a San Andrés donde continuarían las actividades del Festival.
El tema infaltable de los conversatorios fue el estado actual de la geopolítica internacional y cómo esos cambios afectarán eventualmente el mundo como lo conocemos. Lo que más se prevé es que aumente el radicalismo, sin embargo, en su conversación con Faciolince, Padura fue optimista: “Dentro de los Estados Unidos van a pasar dos cosas, van a aparecer movimientos fundamentalistas y van a aparecer movimientos civiles muy conscientes de que no pueden permitir que el fundamentalismo se adueñe de un país que culturalmente es tan importante, que económicamente es decisivo en el mundo, es decir, que ahí va a haber una gran batalla interna que va a ser muy interesante en los próximos años y creo que se va a vivir algo muy parecido a lo que se vivió en los años 60”. Sin embargo, como nota curiosa, en la mesa redonda del día anterior, Padura se había lamentado de que sus predicciones suelen fallar, por ejemplo, estuvo en la ciudad de Cali días previos a las votaciones del plebiscito por la paz, escribió una columna celebrando el triunfo del sí en Colombia y, claramente, se equivocó.
Sobre el destino de su país, Padura no sabe cuándo cambiarán las cosas ni como, pero está seguro de que la evolución del sistema no se puede detener: “Se están produciendo en Cuba en estos momentos pequeños atisbos de una edad económicamente menos ortodoxa socialistamente, se está convocando a la inversión extranjera, a que vengan empresas capitalistas a Cuba para que ayuden al desarrollo del país y todo puede pasar, no sé si dentro de un año dentro de diez, dentro de quince o dentro de cien”. En el documental Vivir y escribir en La Habana se vieron muestras de ello, como la historia de una estudiante de derecho que tenía como negocio privado un restaurante.*Por invitación del Bbva.