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Nobel al gran periodismo, más humano y literario
Con el reconocimiento a la bielorrusa Svetlana Alexievich se premia el periodismo que privilegia lo humano sobre lo tecnológico.
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FOTOS afp -
09 de octubre de 2015
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Ganadores del Nobel que hayan sido periodistas, por supuesto los ha habido. Y muchos. Entre ellos el colombiano Gabriel García Márquez. Pero, al parecer, no recordamos a alguna persona a la que le hubieran otorgado ese Premio de Literatura expresamente por su obra periodística.
Alguien podría decir que Winston Churchill, 1953, pero lo suyo fue más ensayo histórico y biografía.
Ahora, cuando la Academia sueca anunció que la galardonada de este año es la periodista bielorrusa Svetlana Alexieva “por sus escritos polifónicos, un monumento al sufrimiento y al coraje de nuestro tiempo”, todo indica que ella es la pionera en tal sentido.
“Es verdad —menciona Marco Schwartz, el escritor y periodista que se desempeña como director de El Heraldo, de Barranquilla—. En mi conciencia, al menos, no está el nombre de otro periodista que haya recibido el Nobel de Literatura por su obra. —Y agrega—: creo que esto puede abrir puertas interesantes para los periodistas literarios del mundo”.
No sé de qué hablar... ¿De la muerte o del amor? ¿O es lo mismo? ¿De qué?
Este es el inicio de Voces de Chernóbil, su libro traducido al español. Son las palabras de una mujer, Liusia, la esposa de uno de los bomberos que atendieron la tragedia, la explosión de la central nuclear, en 1986. El relato sigue así:
Nos habíamos casado no hacía mucho. Aún íbamos por la calle agarrados de la mano, hasta cuando íbamos de compras. Siempre juntos. Yo le decía: «Te quiero». Pero aún no sabía cuánto le quería. Ni me lo imaginaba...
Recuerdo de Kapuscinski
“Cuando murió Riszard Kapuscinski, nacido en suelo de la actual Bielorrusia, estaba a punto de ganar el Nobel de Literatura, también por su trabajo de gran periodismo —recuerda el escritor Darío Ruiz Gómez—. Ella es heredera de ese periodismo de profundidad, que no pierde la capacidad de reflexión, que no solo cuenta la guerra sino que es capaz de desentrañar sus causas. Todo esto contra ese balbuceo del mail del periodismo basado en tecnología que intenta imponerse. A ella, como a su compatriota, la define el estilo. Este premio es un homenaje a Kapuscinski”.
Una sensación semejante, la de que este premio recuerda al autor de Viajes con Heródoto, es con la que quedó el escritor y periodista Juan José García Posada, quien leyó hace dos años Voces de Chernóbil.
“Este es un premio al buen periodismo. La escritora privilegia los testimonios de las víctimas, los datos históricos, el seguimiento de los acontecimientos, las historias paralelas a las de los protagonistas, los viajes, las semblanzas de las personas... Lo que había enseñado Kapuscinski. Svetlana Alexieva presenta una crítica implícita al abuso de la tecnología y una defensa de lo humano en el periodismo”.
Vivíamos en la residencia de la unidad de bomberos, donde él trabajaba. En el piso de arriba. Junto a otras tres familias jóvenes, con una sola cocina para todos. Y en el bajo estaban los coches. Unos camiones de bomberos rojos. Este era su trabajo. Yo siempre estaba al corriente: dónde se encontraba, qué le pasaba...
Crítica del totalitarismo soviético y del culto de ese régimen a la fuerza, en entrevista concedida a El País, de España, en marzo de 2014, ella dice:
“En la Unión Soviética nos enseñaban a morir por el país, pero no a ser felices. Nuestra experiencia vital es la de resistirnos a la violencia”.
En mitad de la noche oí un ruido. Gritos. Miré por la ventana. Él me vio:
—Cierra las ventanillas y acuéstate. Hay un incendio en la central. Volveré pronto. No vi la explosión. Solo las llamas. Todo parecía iluminado. El cielo entero... Unas llamas altas. Y hollín. Un calor horroroso. Y él seguía sin regresar.
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